Decisiones tardías y severidad de El Niño revivieron fantasma de un racionamiento de energía

Esta fue su respuesta al Congreso de la República una vez se comenzaron a levantar las alertas por el fenómeno de El Niño que se esperaba para finales del año pasado. Efectivamente, fue declarado el 3 de noviembre.

Tres meses después, el 8 de febrero, el actual ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, aseguró: "Estamos a punto de superar el fenómeno de El Niño" y destacó que gracias a las medidas que se habían adoptado desde la industria, las campañas de ahorro y las medidas regulatorias, se tenían niveles de embalses favorables. 

Además, en marzo el Ideam anunció que Colombia había entrado en su primera temporada de lluvias del año y que durante ese mes las precipitaciones estarían por encima de lo usual, aunque no se descartaban algunos días secos porque el fenómeno de El Niño seguía presente en el país.

Sin embargo, esas lluvias no llegaron y hoy Colombia tiene el nivel de embalses más bajo de los últimos 40 años y las alarmas encendidas por un posible racionamiento. Los expertos aseguran que esto se debe a que el Gobierno Nacional subestimó la situación y tomó decisiones demasiado tarde, pese a todas las alertas.

Una de ellas llegó de Asocodis, que el 30 de mayo le envió a la exministra Vélez una carta en la que advertía de un posible racionamiento si no se tomaban medidas urgentes, además de plantearle más de 20 propuestas que se podían implementar.

Además, el 7 de octubre, 14 exministros de Minas y Energía le advirtieron al presidente Gustavo Petro sobre una grave crisis que amenazaba el sector eléctrico que solo se podía superar si se tomaban medidas a tiempo.

Estas advertencias fueron ignoradas y las propuestas no fueron tenidas en cuenta, dice el exministro Amylkar Acosta. Esto se sumó a señales "inapropiadas" que recibieron las hidroeléctricas, que confiaron en que efectivamente volvería a llover en marzo y generaron más energía de lo que aconsejaba la prudencia.

"El Gobierno se confió demasiado con los anuncios de que El Niño ya había terminado y se gastó el agua de los embalses. El gasto diario era de 0,5 por ciento –lo cual es relativamente alto–, esperando que las lluvias llegaran en marzo, pero no llegaron. Vamos en abril y las lluvias aún no llegan", asegura el director ejecutivo de Andeg, Alejandro Castañeda.

El nivel de los embalses era de 28,65 por ciento al 19 de abril, y gracias a las lluvias que se han registrado en los últimos días tuvo un leve incremento (0,09 por ciento) frente al día anterior. Sin embargo, sigue estando tan solo 1,04 puntos porcentuales por encima del 27,61 por ciento que la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) definió como punto crítico.

Pese a lo difícil que se fue tornando la situación, no se pudo actuar a tiempo porque la Creg duró dos meses sin comisionados, entre febrero y abril, y, por ende, no tenía quorum para aprobar medidas. 

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Actualmente, la Creg está funcionando con cuatro de los seis comisionados que la deben conformar y tres están en calidad de encargados desde la segunda semana de abril. 

La interinidad en la entidad ya completó un año, y pese al requerimiento que le hizo la Procuraduría General de la Nación, el presidente Petro no ha hecho los nombramientos en propiedad. 
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Incluso, en febrero el Tribunal Administrativo de Cundinamarca le ordenó hacer los nombramientos en un plazo máximo de 30 días, pero el Gobierno decidió apelar esta decisión ante el Consejo de Estado.

"La crisis de la Creg es el nudo gordiano (dificultad que no se puede resolver) de esta situación en la que estamos y el único que puede desatar ese nudo gordiano es el Gobierno", expresa el exministro Amylkar Acosta.

Por ello, el director ejecutivo de Asocodis le reitera al presidente Petro la necesidad y urgencia de designar a los comisionados en propiedad. "No más encargos, se requiere una Creg independiente y técnica. La Creg debe funcionar cuanto antes con todos los comisionados en propiedad. En estos momentos es cuando más se requiere una Creg funcionando a plena marcha y todo el sector trabajando de manera articulada", agrega.

Hace una semana, el ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, emitió la regulación para ordenarles a las térmicas que operen a su máxima capacidad porque la generación de las hidroeléctricas venía disminuyendo debido al fenómeno de El Niño.

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Sin embargo, la directora ejecutiva de Asoenergía señala que esta medida no era de su competencia, sino de la Creg. Lo mismo afirma un exdirector ejecutivo de la Creg consultado por EL TIEMPO: "En el pasado eso se hizo y se cuestionó mucho porque se hizo por fuera de la institucionalidad de la Creg".

Pero más allá de esto, el exministro Amylkar Acosta dice que esta medida fue tardía, pues cuando llegó la orden las térmicas ya estaban generando cerca de 110 gigavatios hora y su máxima capacidad es de 119 gigavatios hora.

"Con todos estos inconvenientes, el parque generador ha cumplido con lo que se comprometió, se guardó agua de octubre a diciembre y hoy tenemos todo el parque térmico encendido. Todas estas acciones se han hecho con prudencia porque no sabíamos qué tan largo ni qué tan fuerte iba a ser este fenómeno de El Niño", resalta la presidenta de Acolgén, Natalia Gutiérrez.

Otra medida que los expertos dicen que se demoró es el programa que les ofrecerá incentivos a los usuarios que ahorren electricidad y que castigará a quienes aumenten su consumo. Este programa lo vienen sugiriendo los gremios desde finales de 2023, pero solo esta semana la Creg lo anunció y aún no está en firme.

Pese a lo tardía que fue la decisión, los expertos aseguran que más vale tarde que nunca y todo esfuerzo que se haga para ahorrar energía contribuye a superar la difícil situación actual. Entre tanto, el director ejecutivo de Andeg sugiere que a los usuarios se les dé un mayor incentivo por el ahorro de energía y bajar la penalidad porque está muy alta.

​De acuerdo con el exministro Amylkar Acosta, aunque el fenómeno de El Niño es un factor que está contribuyendo a la situación crítica actual del país, solo ha sido el detonante porque el problema de fondo es que una serie de proyectos de generación y transmisión de energía se atrasaron en su ejecución y no están operando.

Por ejemplo, Hidroituango debía estar operando con sus 8 unidades, que suman 2.400 megavatios, pero por la emergencia que sufrió en abril de 2018 solo están generando cuatro unidades, es decir, 1.200 megavatios. 

Además, en las subastas de 2019 se asignaron 1.800 megavatios de energía eólica en La Guajira y cerca de 600 megavatios en proyectos solares en otras zonas del país, pero a la fecha solo ha entrado uno en operación comercial (el parque solar El Paso), cuando debían estar funcionando desde enero de 2022.

Mientras que de 700 megavatios de nueva capacidad térmica que salió adjudicada en la subasta de hace cinco años, hoy están operando unos 500 megavatios. 

"Lo que más nos tiene apretados en esta coyuntura, y lo advertimos, es que no entró la energía que esperábamos para este Niño por los retrasos que de manera insistente le hemos expresado al Gobierno", dice Natalia Gutiérrez.

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Aunque la situación del país es complicada hoy en día, el ministro Andrés Camacho considera que no se tiene "un riesgo inminente de racionamiento de energía". No obstante, Amylkar Acosta manifiesta que el riesgo de racionamiento está latente por el bajo nivel de los embalses y ve posible que en menos de una semana se alcance el punto crítico, lo cual obligaría a la Creg a activar el Estatuto para Situaciones de Riesgo de Desabastecimiento.

Para el exdirector ejecutivo de la Creg, la senda de referencia del nivel de los embalses debió revisarse, y probablemente cambiado, desde enero de este año, para activar de una vez este estatuto, que también implicaría el inicio de un racionamiento de energía.

Entre tanto, a Alejandro Castañeda le preocupa que el sistema eléctrico ya está llegando a un nivel de demasiado estrés, pues "las medidas se pudieron haber tomado con anticipación, hace dos meses o mes y medio para no estar corriendo al final del día".

Además, resalta que es importante que en la primera semana de mayo llueva sí o sí, pues las térmicas, que son las que están evitando un racionamiento, deben comenzar a entrar a mantenimiento.
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​Sin embargo, que regresen las lluvias no significa que cualquier riesgo desapareció, pues vendrá un periodo de recuperación del nivel de los embalses que puede extenderse hasta finales de este año. 

Para esto, seguirá siendo fundamental la operación de las térmicas porque permitirá que las hidroeléctricas tengan una baja generación mientras los embalses se vuelven a llenar de agua.