Seguridad de las motos en Colombia: avances y deudas

El 14 de octubre de 2022, el Ministerio de Transporte expidió la Resolución 20223040062115, mediante la cual se establecen en Colombia, a partir de los 36 meses de su publicación (es decir, en 2025), exigencias sobre las asistencias de frenado para las motos, específicamente el CBS y el ABS, según la cilindrada. 

Desde ese momento se han comenzado a ver algunos avances de las marcas en sus modelos, pero a casi un año y medio de que dicha resolución comience a regir, la carencia de sistemas de seguridad ofrecidos por las motos en Colombia sigue siendo una preocupante deuda que no para de cobrarse víctimas.

La resolución establece, en su artículo 19, que a partir de su entrada en vigor las motos con cilindrajes entre 50 y 150 c. c., o con potencias entre los 4 kW (5,3 caballos) y 11 kW (14,7 caballos) para el caso de las eléctricas, deberán equipar CBS o ABS. Para aquellas de más de 150 c. c. o más de 11 kW de potencia, la exigencia será el ABS. 

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A partir de los 54 meses desde la publicación de la resolución, las motos de más de 125 c. c. deberán contar con ABS de serie, y durante los primeros 12 meses de su vigencia se podrán comercializar motos sin estos sistemas, siempre y cuando su ensamble en Colombia o importación al país se haya realizado antes de dicha fecha. Las motos de enduro y trial, y aquellas con velocidad máxima inferior a 25 km/h estarán exceptuadas de las exigencias establecidas en la resolución. 

Según cifras de la Andi y Fenalco, de las 678.660 motos matriculadas en Colombia en 2023, el 46,1 por ciento correspondió a aquellas con cilindraje entre 100 y 125 c. c., el 26,2 por ciento fueron las de entre 150 y 200 c. c., y las de entre 125 y 150 c. c. representaron el 19,2 por ciento de las ventas. Claramente, la nueva regulación se enfocará entonces en donde más se necesita, pues muchas de ellas siguen mostrando el preocupante rezago que hay.

Una rápida mirada a las páginas web de las marcas de motos en Colombia deja en evidencia que los carburadores todavía parecen la regla (resaltando la conformidad con la regulación de emisiones Euro 3, que data de ¡2001!), los frenos traseros de tambor son comunes e incluso en algunos casos estos se siguen viendo en la rueda delantera.

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Recientemente, el Centro de Experimentación y Seguridad vial de Colombia (Cesvi) realizó un estudio para conocer cómo ha mejorado el nivel de seguridad activa en las motos que se venden en el país y encontró que si bien ha habido una evolución en los segmentos donde más se necesita, la deuda todavía es preocupante.

Basándose en estas sugerencias, que en todo caso son similares a lo que exigirá la resolución, el estudio de Cesvi encontró que en 2021 “solamente el 5,8 por ciento de las unidades vendidas cumplían con todos los estándares de seguridad sugeridos. Para 2023, este porcentaje ha aumentado hasta el 13,6 por ciento”.

También se encontró que “en el segmento entre 0-125 c. c. hemos pasado de tener nula participación de unidades vendidas que cumplen un estándar mínimo en 2021 a alcanzar el 2 por ciento de las unidades vendidas en 2023”. Como bien mencionan, “teniendo en cuenta que este segmento es el que mayor porcentaje en ventas representa, sigue siendo preocupante el panorama de seguridad en cuanto al equipamiento de las motocicletas en el país”.

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Con la publicación en octubre de 2022 de la resolución que entrará en vigor en 2025, no extraña que se haya comenzado a dar este cambio, por más lento que vaya, y justamente eso fue lo que nos confirmaron las marcas de motos con las que hablamos.

AKT, Honda, Suzuki, TVS y Yamaha están de acuerdo con la exigencia de los sistemas de seguridad como equipo obligatorio en las motos que se vendan en Colombia, y desde cuando se hizo el anuncio comenzaron el proceso para actualizar los modelos de su portafolio de manera que la puedan cumplir.

Honda y Yamaha también concuerdan en que de todas formas hay otros factores de gran importancia que se deben tener cuenta para complementar el equipo de seguridad. Juan Manuel Montoya, gerente de la unidad técnica de Yamaha, dice: “El comportamiento y respeto de los conductores a las normas de tránsito, la infraestructura vial, la educación vial, mantenimiento preventivo de la motocicleta, entre otros factores, son fundamentales”.

Por su parte, Camilo Erazo, director de Mercadeo de Honda Motos, agrega: “No solo en el producto está la solución, debemos generar conciencia por respetar las normas de tránsito, hacer un correcto mantenimiento de nuestro vehículo, mejorar las condiciones de la vía y la iluminación. Entre todos debemos poner de nuestra parte para reducir los accidentes en Colombia”.

La próxima semana, del 2 al 5 al mayo, Medellín será de nuevo la anfitriona de la Feria 2 Ruedas, la feria de motos más importante de la región. El evento llega a su decimosexta edición y representa la oportunidad ideal para que el público pueda conocer de primera mano no solo los modelos que se comercializan en el país, sino el nivel de seguridad que ofrecen.

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Más allá de lo que exija una resolución o de lo que las marcas estén dispuestas a hacer para cumplirlo, el público también debería tomar como obligación entender la importancia de los sistemas de seguridad y comprender para qué sirven.

A pesar del incremento de los precios, comprar una moto nueva en Colombia sigue siendo un proceso sencillo y al alcance de gran parte de la población, situación que ha sido bien aprovechada por muchas personas para quienes este vehículo es hoy su modo de transporte económico o hasta herramienta de trabajo.

Lamentablemente, el ritmo al que han aumentado las ventas hace rato dejó atrás las normas que debieron comenzar a regularlas, lo cual ha desembocado en un descontrol absoluto. Solo hay que ver cómo los cursos para la expedición de licencias (cuando se hacen) siguen sin ser en su gran mayoría capacitaciones que estén a la altura del riesgo que supone conducir una moto.

De forma errónea, el “control” de las autoridades parece que se ha convertido más bien en un negocio alrededor del lucro que suponen las inmovilizaciones (prácticamente todas las infracciones en moto llevan a esto), y mantener la cuenta de cuántas campañas promueven la seguridad de los motociclistas en Colombia ya es prácticamente imposible. En cambio, conocer la efectividad que han tenido es mucho más fácil.

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Según cifras de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, publicadas en su página web, en 2017 se registraron 3.234 motociclistas muertos en accidentes de tránsito, mientras que en 2023 esa cifra se incrementó a 5.213 personas. 

No se puede ignorar que el parque automotor de estos vehículos también aumentó considerablemente, pasando de 462.974 unidades matriculadas en 2017 a 678.660 unidades matriculadas en 2023, pero tampoco es algo excusable. El creciente parque automotor teñido de sangre no se puede seguir combatiendo con estrategias que solo han comprobado su inutilidad.

Implementar exigencias sobre el equipo de seguridad de las motos en Colombia es apenas una parte de la gran deuda que todavía se tiene, pero al mismo tiempo los usuarios de estos vehículos debemos aportar lo propio, entendiendo el riesgo que supone conducirlos y así comprender la importancia de exigirlos y de portar siempre un equipo de protección adecuado (no uno que simplemente ‘cumpla’ la norma).
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Daniel Otero - Redactor Motor.com.co​
REDACCIÓN VEHÍCULOS