Necesitamos darles nueva estructura a finanzas mundiales: ex primer ministro de Suecia

hace 4 meses 13

El presidente del Partido de los Socialistas Europeos y ex primer ministro de Suecia, Stefan Löfven, estuvo recientemente de visita en Colombia y habló con EL TIEMPO sobre los desafíos de los líderes progresistas del mundo y su apoyo al proyecto de paz total de Gustavo Petro.

Este año se celebran los 150 años de relaciones entre Colombia y Suecia. ¿Cómo ve el futuro de esta relación?

Esto demuestra que a pesar de que dos países están tan lejos geográficamente pueden tener una relación robusta y fortalecida. Nuestras relaciones bilaterales son muy buenas, tenemos más de 100 empresas suecas en este país que contribuyen a la creación de diferentes puestos de trabajo. Espero que, en el futuro, mantengamos y mejoremos incluso aún más nuestros proyectos de apoyo mutuo que, por supuesto, no solo se concentran en el ámbito económico sino en los amplios esfuerzos que hemos hecho en temas como la consolidación de la paz y la construcción del tejido social. Desde mi perspectiva, creo que nuestra relación va a seguir fortaleciéndose, en especial, porque necesitamos lograrlo pensando en responder a una demandante agenda global.

¿Qué nos puede decir de su reunión con el presidente Gustavo Petro?

Estuvimos hablando acerca de temas importantes que están pasando en Colombia. Entre otros, quiero destacar que hablamos sobre el tema de la paz y también tuvimos la ocasión de hablar acerca del cambio climático, de la industrialización, de la creación de nuevos trabajos y del diálogo social.

sí quiero destacar el fuerte interés que desde Suecia tenemos en apoyar el proceso de paz total tanto técnica, financiera como políticamente hablando

Sobre su proyecto de paz total, y en el cual Suecia ha estado comprometido, ¿le dio alguna recomendación?

No, tuve mucha prudencia en escucharlo sin querer decirle qué hacer. Desde que fui primer ministro, siempre he tenido mucha prudencia en no darle consejos a los líderes de los países porque creo que nadie mejor que ellos conoce la realidad y las condiciones de su país. Sin embargo, sí quiero destacar el fuerte interés que desde Suecia tenemos en apoyar el proceso de paz total tanto técnica, financiera como políticamente hablando, así como el proceso de paz con el Eln del cual hemos estado involucrados desde las primeras rondas de negociación en La Habana.

Recientemente, el diputado ecologista noruego Rasmus Hansson nominó al presidente Petro al Nobel de la Paz 2024 por sus esfuerzos de incluir dentro de una paz duradera a la naturaleza y al medioambiente. ¿Cuál es su perspectiva al respecto?

Estoy convencido de que la paz y la seguridad están conectadas con el clima y con el medioambiente. Quiero poner como ejemplo el cuerno africano, en esa región del mundo se enfrentan, como acá, sequía e inundaciones por el cambio climático lo que obliga a un desplazamiento forzado que limitan, además, los recursos. Desde el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), el cual presido, lanzamos un informe hace dos años exactamente con esa perspectiva que combina la seguridad, el tema de la paz y el tema del cambio climático porque van muy de la mano.

Estoy convencido de que la paz y la seguridad están conectadas con el clima y con el medioambiente.

Colombia, al igual que gran parte del mundo, enfrenta una crisis migratoria sin precedentes. ¿Qué puntos clave considera importantes para atenderla de la manera más adecuada?

En el año 2015 cuando tuvimos esa crisis de migración por la guerra en Siria, mucha gente se escapó de ese país por las razones obvias para sobrevivir. Lo primero que hicimos fue tratar de unir a la Unión Europea, precisamente, para cooperar en este tema y recibir a los migrantes que necesitaban ayuda, pero eso no fue sostenible debido a que no logramos ponernos en la misma sintonía. Así que, una lección de entonces es que se necesita enfrentar esta situación a través de la cooperación.

Stefan Löfven

Stefan Löfven, ex primer ministro de Suecia.

Foto:

Milton Díaz. EL TIEMPO

¿Qué decirles a los gobernantes que insisten en cerrar fronteras?

Yo defiendo el derecho de la gente a buscar refugio, a buscar asilo, y también el derecho a que los migrantes se puedan integrar al llegar a un país distinto al suyo, esto es una situación difícil porque, muchas veces, los nacionales sienten que el hecho de recibir migrantes hace que las cosas no funcionen bien y, claro, eso puede desencadenar reacciones en contra de los migrantes y refugiados. De ahí, que es clave lograr, primero, que el sistema nacional del país receptor funcione de manera adecuada para luego cooperar con otros países, pero siempre protegiendo ese riesgo de los refugiados y la razón por la cual decidieron huir de su país de origen.

A propósito de las elecciones generales de la Unión Europea de junio, un informe del think tank paneuropeo European Council on Foreign Relations asegura que los dos grupos de la extrema derecha podrían subir lo suficiente para alcanzar mayoría con los conservadores. ¿Se están alistando para ese escenario?

Sin duda, las encuestas demuestran que los partidos extremistas de derecha van a aumentar su cuota de votos en este proceso de elección, lo que no sabemos es qué va a pasar después de la campaña. Mi mayor temor es que, efectivamente, ocurra un aumento de los extremistas de derecha que considero un problema grave porque tengo una visión muy diferente de cómo construir una sociedad. Las políticas de los extremistas de derecha se cimentan sobre la base de odio, la discriminación y la división y eso es algo que no comparto.

¿Cuál es su perspectiva?

La de crear una sociedad en la cual todo el mundo sea bienvenido, no solo en el presente, sino en el futuro. No soporto la discriminación porque creo que todos somos iguales y porque la diversidad es un bien mayor que nunca debería estar en discusión.

Nuestro objetivo era establecer contactos con otros líderes progresistas porque vemos la necesidad de unir fuerzas entre quienes comparte unos sueños y ambiciones similares

¿Qué pasa en Europa en estos momentos en términos de polarización ideológica?

Vemos extremistas europeos que hacen esfuerzos para debilitar la democracia, para limitar la libertad de los medios de comunicación, de la academia y, desafortunadamente, creo que en este momento estamos yendo en la dirección equivocada. Por eso, si bien no sabemos cómo se va a formar el Consejo Europeo tras las elecciones de junio, sí sabemos que tenemos por delante un panorama muy complejo.

¿Cuál será entonces la estrategia de los socialistas si finalmente hay una mayoría conservadora?

Lo más importante es demostrarle a la ciudadanía que pueden confiar en nosotros para manejar los retos actuales, el gran desafío es que los ciudadanos vean esta votación como lo que es, una elección europea, y no doméstica. La pandemia del covid-19 y la invasión de Rusia a Ucrania nos demostraron que estos desafíos debemos abordarlos de manera grupal y no individualmente.

La Unión Europea (UE) acaba de publicar cinco nuevas iniciativas para avanzar en la implementación de su Estrategia de Seguridad Económica, pero en su mayoría derivan en una interdependencia económica que durante décadas la UE promovió, pero que con la pandemia del covid-19 y la guerra en Ucrania se han revelado como peligrosas. ¿Cuál es la mirada del partido de los socialistas europeos al respecto? ¿Qué es clave?

Europa necesita mantenerse fuerte y competitiva, especialmente, ante la guerra de Estados Unidos y China. Sin embargo, no podemos mantenernos aislados. Así que tenemos que manejar esto de manera eficiente para, justamente, mostrarnos como ejemplo mundial de que la cooperación es necesaria. Debemos exponer la necesidad de encontrar salidas conjuntas y no desistir de esta perspectiva. La Unión Europea ha insistido en que también somos dependientes no solo entre nosotros sino de Latinoamérica, de América, de Asia y de África.

Gustavo Petro

Stefan Löfven y Gustavo Petro estuvieron reunidos en Colombia.

Desde sus distintos roles, usted ha sido un defensor de la democracia. ¿Cuál cree que es el mayor riesgo del modelo gubernamental?

En un ambiente en el que circulan tantos mensajes tendenciosos y falsos lo preocupante es que los extremos se aprovechen de esta situación para convencer a la gente de que el modelo no funciona. Los mejores resultados de la democracia se dan cuando usted logra asegurarse de que la gente entienda en qué consiste el proceso democrático y las garantías que les brinda, pero las posturas extremistas, en vez de dar una solución, lo que hacen es querer convencer a la ciudadanía de que estarían mejor sin quien los gobierna y que ellos tienen la solución a sus males, cuando la verdad es que no hay una solución fácil para los problemas de la gente. Garantizar las necesidades de las personas en cuestiones como la salud, el trabajo, el bienestar social o la movilidad requiere que podamos construir mensajes más claros para difuminar este odio y división que trae la polarización. En ese sentido, creo que necesitamos propiciar espacios de diálogo y conversación para llevarle respuestas más directas y contundentes a las personas.

Bajo su mandato, Suecia se convirtió en el primer estado de la UE en reconocer a Palestina como Estado independiente. Sin embargo, el Congreso de los socialistas europeos finalizó el año pasado en Málaga con posiciones no tan unánimes sobre la guerra en Gaza. ¿Qué cree que hace falta para llegar a un punto medio que, en especial, ponga fin a la guerra y a la muerte de civiles palestinos?

Cuando nosotros reconocimos como Estado independiente a Palestina lo hicimos para encontrar una solución al conflicto. Y sigue siendo así. Las partes necesitan reunirse, negociar, comprometerse y hallar una salida. Pero, si no partimos de una base de igualdad entre las partes eso es un problema. Por eso, el punto de inicio es ponerlas al mismo nivel. Creo que a largo plazo la única forma de crear un espacio de seguridad para los israelíes y para los palestinos es sentarse a negociar y hablar. En ese orden de ideas, es importante tener unas potencias bien unidas y alineadas, pero esto tiene que ser, insisto, basado en una solución mutua que propenda por la seguridad de ambos estados.

Cisjordania

Campo de refugiados de Tulkarem, en Cisjordania ocupada.

¿Cree que en la arena internacional hay esa coherencia entre las potencias para presionar por una salida negociada?

Para encontrar el camino correcto tenemos que decidir qué es lo más importante, ¿la seguridad de ambos países? ¿hacer respetar la ley internacional? ¿los derechos humanos? Aquí es donde nosotros nos paramos y decimos: estamos totalmente convencidos de que la única forma de aumentar la seguridad, garantizar los derechos humanos y hacer respetar la ley es que podamos comprometernos con la existencia de los dos Estados. Es el punto de partida para que realmente podamos hablar de una paz estable y duradera.

Quisiera que hablemos de los gobiernos progresistas en Latinoamérica. El año pasado, durante la III Cumbre entre la Celac y la Unión Europea, usted adelantó un desayuno de trabajo presidentes como Petro, Boric y Lula. ¿Qué sensación le quedó después de ese encuentro?

Nuestro objetivo era establecer contactos con otros líderes progresistas porque vemos la necesidad de unir fuerzas entre quienes comparte unos sueños y ambiciones similares. Los líderes progresistas del mundo estamos trabajando en hallar nuestra propia fórmula y eso se va a llevar un tiempo de todos modos. Por ahora, lo que tenemos claro es que debemos aumentar la cooperación global para trabajar por la paz, la seguridad, el clima, el desarrollo digital y otros aspectos que consideramos claves.

Unión Europea

Foto de archivo de la Unión Europea.

Sin embargo, en América Latina parece ser un serio desafío que los líderes encuentren coherencia, en especial para avanzar conjuntamente...

De nuevo, no es mi intención darle algún tipo de consejo a los líderes latinoamericanos. En general, creo que debemos formularnos cómo es que queremos funcionar a nivel sociedad. Personalmente, creo en el modelo que tenemos en Suecia y en los países nórdicos basado en el diálogo social porque creo que esa es una forma de avanzar. Por eso, creo que lo que debemos hacer es encontrar una imagen común de lo que creemos es una buena sociedad. El paso más difícil viene después.

¿Por qué?

Porque es cuando debemos sentarnos con todos los demás actores de la sociedad que piensan diferente a nosotros y que tienen ambiciones diferentes, pero a los que les debemos dar cabida para encontrar y cumplir con objetivos comunes. Una lección que he aprendido a lo largo de los años es que, algunas veces, es necesario dar un paso atrás con nuestras propias aspiraciones porque de otra manera nos quedaríamos en la discusión sin que ninguna de las partes ceda. Por eso, es mejor dar un paso hacia atrás y cuestionarse sobre cuál es el problema central para encontrar una tercera opción de cómo resolverlo. Por supuesto, esto requiere de mucha fuerza y valentía porque no es fácil tener que decirle a la ciudadanía que lo que prometí ya no se va a hacer, al menos no de la forma en que lo propuse. De lo que se trata es de encontrar una solución conjunta que definitivamente no va a ser la perfecta, pero es la que funciona.

La ONU lo designó para codirigir una Junta Asesora de Alto Nivel sobre Multilateralismo Eficaz para la Cumbre del Futuro. ¿Qué gran lección le ha dejado ese proceso?

Nuestro informe llamado Un avance para la gente y para el planeta aborda el problema existencial de la Tierra a través de la cual la gente pueda entender que esta es una transformación buena. Proponemos una agenda de paz, un acuerdo global digital y nos concentramos en seis grandes cambios.

¿Cuáles considera claves?

Creo que hay dos claves. Lo primero es que nos parece absolutamente crucial para la cooperación global que la gente entienda lo que ocurre en el mundo y se involucre. En ese caso, queremos promover una mayor participación, en especial de las mujeres, en todo el mundo. Necesitamos equidad de género, involucrar a la juventud e incluso a las generaciones futuras para formar mejores líderes. Eso es participación y democracia.

Proponemos una agenda de paz, un acuerdo global digital y nos concentramos en seis grandes cambios.

¿Cuál es el otro?

La arquitectura financiera global. Más allá de fortalecer al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional, a los bancos de desarrollo regional, debemos pensar en cómo traer más capital privado. Sabemos que tenemos una necesidad estimada de unos seis mil o siete mil billones de dólares para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y vemos que hay 10 personas en el mundo que acumulan ese capital para poder asegurar la sostenibilidad mundial. El problema no son los recursos financieros, porque básicamente el dinero está, lo que debemos procurar es atraer a sectores privados eliminando el riesgo de algunas inversiones que tenemos. Eso lo hará más atractivo para los capitales privados poner la mirada en una inversión que, al fin de cuentas, sea para beneficio del mundo entero.

¿Por qué es importante poner la mirada en África?

África es el continente que más crecerá durante el siglo próximo. Así que si al continente se le dan los recursos y las condiciones apropiadas eso no solo va a ser bueno para las personas que lo habitan sino para el mundo entero. Pensemos que cuando 700 millones de chinos salieron de la pobreza, eso contribuyó diametralmente a la economía mundial. Por eso, todos los sectores públicos y privados debemos ver este tema como una inversión a largo plazo. Y para eso, por supuesto, es clave la inclusión financiera. Necesitamos darles una nueva estructura a las finanzas mundiales que no sea dominada por los mismos de siempre como si no hubiese más gente inteligente en el mundo para estos cargos.

STEPHANY ECHAVARRÍA
EDITORA INTERNACIONAL
EL TIEMPO

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