Matías Álvarez, el pequeño motocrosista que busca apoyo para perseguir sus sueños

Matías Álvarez Baquero, un niño prodigio de apenas ocho años, ha cautivado a los amantes del motocross con su talento innato y su pasión por este exigente deporte. 

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A pesar de su corta edad, Matías ya ha demostrado ser un piloto excepcional, dejando boquiabiertos a quienes presencian sus acrobacias y destreza sobre la moto. Sus padres quisieron inculcarle el deporte como un estilo de vida, pero ni el fútbol, ni el baloncesto, ni la natación lograron llenar los deseos de este pequeño.

“Realmente él empezó por que ya lo habíamos llevado a practicar varios deportes y en ninguno encontraba su afinidad, un día vimos una publicación en Facebook de una escuela de motocross y decidimos llevarlo para experimentar una tarde diferente”, explicó su madre, Diana Baquero.

La sorpresa fue tal, que Matías se entusiasmó tanto con una moto prestada, y al cabo de unas días, la abuela le regaló su primera moto. La misma que tiempo después debieron rifar para poder comprarle la que él necesitaba ya que dio mucho rendimiento en muy poco tiempo. 

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“Con su primera moto y con solo un meses practicando fue a su primera carrera en Montería, participando con niños más grandes y salió victorioso”, dijo orgullosa mu madre.

Ha participado en campeonatos departamentales de la zona Norte, los cuales incluyen las pistas de Pueblo Nuevo y Montería, en Córdoba, así como Cartagena y Santa Marta. Corrió también en Medellín, en el Campeonato Nacional en Bogotá y en Apartadó (Antioquia).

Sin embargo, el sueño de Matías de convertirse en un piloto profesional se ve amenazado por la falta de recursos económicos. “Mis papás realizan rifas, ventas, cualquier cosa para poder llevarme a mis carreras y el apoyo de amigos para lograr llegar a las competencias”, afirmó el pequeño en entrevista con EL TIEMPO.

Además, reconoció que durante los últimos meses le ha costado competir, pues se quedó sin su elemento más preciado: la motocicleta, después que esta se le dañara y sufriera una fuerte caída.

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 “El apoyo como deportista de deporte extremo es muy bajo. En el Atlántico no tenemos clubes ni liga deportiva”, aseguró Diana Baquero.

Actualmente compite con una moto 50cc, la cual tiene un valor aproximado de 21 millones de pesos, pero la exigencia de la categoría lo obliga a cambiarse a una más avanzada, la de 65cc, que tiene un precio que ronda los 28 millones de pesos, por lo que ahora, sus padres se ven en la necesidad de solicitar el apoyo de empresas privadas que puedan apostar por el talento de su hijo y patrocinarlo en sus competencias nacionales.

 “Hemos tocado muchas puertas de empresas y conocidos para poder continuar, pero ha sido muy difícil”, reconoció su madre.

En Barranquilla, el único niño en esa categoría es Matías, razón por la cual se aferran a la esperanza de que alguien pueda darle una mano en sus deseos de seguir compitiendo a un gran nivel.

“En este deporte quienes dan apoyo son las marcas de las motos, empresas grandes. Queremos seguir tocando puertas porque ahora mismo mi hijo no tiene ningún apoyo de empresas en Barranquilla o el Atlántico, Nosotros estamos con recursos propios, con lo que tengamos y podamos en el momento”, dijo Diana Baquero.

Actualmente, en el departamento hay dos pistas de motocross, en las que Matías y otros niños apasionados por este deporte se dan cita para entrenar. Una queda ubicada en la 46 vía al Mar y la otra en Sabanilla. 
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Sin embargo, trasladarse hasta allá, también generan gastos. Por ejemplo, para poder practicar en la de Sabanilla, son $ 50.000 que debe pagar, a eso se suman los costos por el entrenador, ya que son $900 mil, por cada 10 clases que recibe.

En el Atlántico se constituyó la Liga de Motociclismo en el año 2008, pero la falta de apoyo fue motivo para que los clubes desistieran y esta quedara inactiva hasta el día de hoy, según le manifestó a este medio Pablo Chavarro Navarrete, presidente de la entidad en ese entonces. 

EL TIEMPO consultó el estado actual de la liga, encontrando que esta cuenta todavía con la personería jurídica y reconocimiento deportivo vigente, pero el estado de la misma es inactivo desde hace unos 13 años.
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​Por lo que sus padres se vieron en la necesidad de inscribirlo en el club Scooter Performance de Girardot, Cundinamarca, con el que compite en válidas nacionales, demostrando su talento en escenarios de mayor envergadura.