El poeta colombiano que inspira a recorrer el mundo a través de sus letras

hace 1 semana 20

Su padre, la poesía y el gusto por viajar motivaron a Santiago Espinosa, poeta colombiano, a escribir el libro El resplandor y la sombra: una poética de las montañas (publicado por el Fondo de Cultura Económica), en el que retrata un recorrido desde México hasta la Patagonia descubriendo, a través de la poesía, el significado natural de las montañas. Espinosa cuenta, en entrevista con EL TIEMPO, que su padre, Augusto Espinosa Silva, ingeniero civil experto en suelos y geología, fue la gran inspiración para su libro.

Afirma que la poesía es una invitación a viajar y por eso en su libro –de 140 páginas– se leen versos de poetas de los países que ha tenido la oportunidad de visitar desde cuando era niño. Espinosa actualmente es rector del Colegio Gimnasio Sabio Caldas, ubicado en Ciudad Bolívar; nació en Bogotá y es ganador del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines en México. Santiago estará el viernes, 19 de abril, en la Feria del Libro en la charla ‘La voz de la naturaleza en la poesía colombiana’.

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¿Por qué su obsesión literaria con las montañas?

Porque mi papá era un geólogo, un ingeniero de suelos, y él me enseñó desde que yo estaba muy chiquito que las montañas que nosotros veíamos algún día eran el océano y que donde hoy en día estamos había océano, había mar, pero que el viaje de las cordilleras a través de los milenios fue ascendiendo hasta el punto en que estamos ahora. Cuando yo empecé a escribir entendí que la poesía no solamente era el tiempo del presente, también podría ser un tiempo enorme.

¿Es así como nace el libro?

Me obsesionaba, entonces, no solamente escuchar los ecos de las montañas y ver el movimiento gigantesco llamado la cordillera de los Andes, también de viajar por ellas e imaginarlas a través de la poesía. Claro, muchos de los países de los que yo hablo en el libro, México, Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia, sobre todo Bolivia, fueron muy importantes para el libro, son montañas que yo he caminado.

¿Cómo un viaje y la poesía se entrelazan para el libro?

Es una muy bonita pregunta. Yo creo que en todos los poemas somos viajeros, somos como personas que llegan a un sitio, no saben ni de dónde ni cómo, pero se encuentran allí. Yo creo que lo que define un poema no es tanto que esté escrito en verso o que tenga palabras muy bonitas, porque tú sientes eso como un lenguaje. Y eso lo sentimos en los viajes. Precisamente no llegas a un sitio donde todo es nuevo, donde todo es desconocido, donde esa extrañeza te permite a ti reconocer lo que eres o lo que no eres. Y al mismo tiempo hay algo familiar. Decía (Julio) Cortázar que todo viaje es un reencuentro, algo que dejaste lo reencuentras allí. Siempre pienso que la poesía es una invitación al viaje.

De todos sus viajes, ¿cuál ha sido el lugar que más le ha gustado?

Perú, que fue el primer país distinto a Colombia que yo conocí. Chile también significó mucho para mí. Argentina; más adelante, Colombia y Venezuela. Pero sin duda alguna hubo un país que para mí fue particularmente fuerte en la manera en que escribí este libro, que fue Bolivia. En La Paz, hay una gran mole rocosa llena de nieve, siempre con perpetua nieve, que se ve como una presencia fantasmal extraordinaria en los cielos, que se llama el Illimani.

Es un libro que conjuga recuerdos de infancia, de viajes y que se traducen en poesía...

Es un libro que no planeé. Yo no dije ‘voy a escribir un libro sobre las montañas, voy a viajar a estos países, voy a hacer una investigación’. No, yo creo que viajé, leí, escribí sin ser muy consciente de la presencia de las montañas y de pronto apareció un libro que lo aglutinaba todo. Hay gente que me pregunta por qué este libro incluye crónica de viaje, pero también poemas de otras personas. Y la gente me dice: ‘Santiago, pero usted tenía como una especie de bibliografía de los poemas, cómo los seleccionó’. Y debo decirte que la gran mayoría de los poemas, así no me los supiera de memoria, yo los tenía adentro.

¿Considera que la experiencia que busca ahora el viajero ha cambiado?

Sí, mucho. Pues mira, digamos que hay algo que se ha dicho muchas veces, y es que nosotros ya somos nómadas. Realmente así no nos movamos del sitio, nos movemos todo el tiempo y estamos todo el tiempo conectados, no permanecemos en ningún lugar. Somos turistas de nuestra propia ciudad, por decirlo así, porque nos pasamos circulando y fluyendo. Creo que la experiencia de los viajes ha cambiado muchísimo. No sé si para bien o para mal, simplemente es distinta. Yo quisiera pensar que la poesía va en una dirección diferente, porque la poesía no se alimenta por acumulación de lugares, sino que todo viaje es también una incursión, como un viaje a lo profundo de uno mismo. Decía Jorge Gaitán Durán, un poeta colombiano, que no se viaja por algo, sino contra algo.

​REDACCIÓN VIAJAR @VIAJARET

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