Eduardo Scheri: 'El fútbol y la literatura es un lindo matrimonio'

hace 2 semanas 5

Entramos a la cancha imaginaria y Eduardo Sacheri va al arco, donde habitaba cuando jugaba de arquero, como en su niñez o su adolescencia. Se frota las manos, dispuesto a recibir los pelotazos, como si necesitara calentar los dedos, o las palabras. Su mirada es seria, de cejas pobladas, de ceño algo fruncido, como si en verdad estuviera ante un penalti y quisiera intimidar al cobrador, pero cuando habla de fútbol, su rostro se salpica de sonrisas. Debe ser la actitud normal de alguien que evitaba los goles en la cancha para después celebrarlos en los libros.

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Sacheri tiene una voz suave, pausada, de esas voces que envuelven, como si todo el tiempo estuviera contando un cuento de fútbol. Se toma su tiempo para hablar, con la paciencia que no debe tener en el estadio, cuando alienta al Independiente de Avellaneda, el equipo de sus desvelos. A sus 56 años es reconocido como el escritor del fútbol –aunque ha escrito de muchos temas, incluso la célebre novela La pregunta de sus ojos, que inspiró la película–. Es argentino, escritor, historiador, profesor –y aún juega fútbol, aunque un día dejó la soledad del arco para pasar al fragor del medio campo–, y fue invitado a la Feria del Libro de Bogotá, así que juega de visitante. Desde su arco ficticio, Sacheri mira al pateador que lo va a entrevistar. Esta vez sus ojos no preguntan, sus ojos responden.

Mano a mano con Sacheri

Eduardo Sacheri, escritor argentino, de visita a la feria del Libro de Bogotá.

Eduardo Sacheri, escritor argentino, de visita a la feria del Libro de Bogotá.

Foto:Sergio Acero Yate / El tiempo

Javier Marías decía que el fútbol es la recuperación semanal de la infancia... ¿Qué es el fútbol para Eduardo Sacheri?
Se parece mucho a esa definición. Es un privilegio tener un juego que nos acompaña a lo largo de la vida. Jugarlo, y jugarlo a través de otros, que es lo que hacemos cuando amamos a un equipo. Porque la vida adulta no da muchas oportunidades, hay gente que no tiene nada para jugar con sus amigos y se está perdiendo de algo. El fútbol permite que en la superficie se oxigene lo más profundo de nosotros. Lo que habitualmente no está a la vista de los demás o ni siquiera de nosotros mismos, el fútbol nos permite que esté. Vale mucho la pena volver semanalmente a eso.

¿Cómo es su vínculo con el fútbol en su cotidianidad?
Tengo hijos que ahora tienen 27 el varón y 23 la mujer, y van al estadio conmigo, es un gran momento para vernos, para compartir, pero además, ahora hay tanto fútbol de Europa, de la selección, Messi está en Estados Unidos y de repente tenemos que aprender también el torneo estadounidense, je, je. Forma parte del entramado cotidiano de mi vida. Mi humor depende de cómo le vaya a Independiente, je, je, je.

Y si eso es el fútbol, ¿qué es para Sacheri el libro de fútbol?
Siendo la literatura otro juego, otro lugar donde condensamos la vida por un rato y solo nos importa eso mientras leemos, me parece que el fútbol y la literatura de fútbol es un lindo matrimonio. En el caso de Argentina tenemos grandes cuentistas como Cortázar o Borges que jamás escribieron de fútbol, pero tenemos a Roberto Fontanarrosa, a Osvaldo Soriano... La literatura futbolera te permite prolongar lo que es instante. El fútbol es esto, ¡el ya! (Sacheri truena los dedos), el momento. La literatura es la manera de quedarnos pensando en eso y profundizarlo. En una época donde es bueno que haya tanto fútbol, a veces es vertiginosa la cobertura, termina de jugar la selección y mañana juegan los equipos y pasado juega Messi y a veces eso conspira a que podamos detenernos, y en la vida es importante a veces detenernos.

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¿Cómo es el proceso para escribir un cuento o una novela de fútbol?
Es importante en cualquier materia literaria vivir antes de contarlo. Cuando digo vivirlo no hace falta ser un jugador profesional, pero sí haber jugado con tus amigos y tus enemigos, je, je, je. Es que es un ejercicio vital: vas a jugar con tus amigos, pero durante ese rato estos que quedaron al otro lado son tus enemigos, volverán a ser amigos cuando termine el partido, antes no. En la literatura es importante narrar un mundo que se conozca. ¿Yo podría escribir un cuento de fútbol americano? No. Puedo entender de qué se trata muy superficialmente, pero la esencia del asunto no la voy a entender. En la literatura se nos nota cuando escribimos de algo que conocemos.

Eduardo Sacheri, escritor argentino, invitado a la Feria del Libro de Bogoitá 2024.

Eduardo Sacheri, escritor argentino, invitado a la Feria del Libro de Bogoitá 2024.

Foto:Sergio Acero Yate / El tiempo

porque el fútbol transcurre rápido, es una hora y media de nuestra vida, puede parecernos que ha durado mucho más tiempo, sobre todo si la hemos pasado mal...

¿Cuál fue el gran libro de fútbol que lo inspiró?
Ah... Mirá. Yo creo que los grandes libros de fútbol me los topé cuando ya estaba en ese mundo. Me puse a escribir sobre fútbol por necesidad personal. Pero sin duda, cualquier cuento de fútbol de Fontanarrosa es una estupenda puerta de entrada. Hay un momento de no ficción vinculada al fútbol muy buena, pero mi tradición es la de la ficción y por eso recomiendo a mi compatriota.

La literatura de fútbol no es tan fuerte...
Por eso me reitero en la importancia de contar con la traición de cuentistas... Porque también es cierto que en la ficción al cuento le va mejor que a la novela. No sé si hay una cuestión de instantaneidad, de brevedad, de vértigo que hace que el cuento de fútbol sea más probable que la novela. Esa tradición en Argentina es muy fuerte. Pero cualquier abordaje está bueno.

¿Existe el cuento de fútbol como género?
Existe el cuento como género. En el fútbol no es tan fácil generar una trama, es bastante cerrado. El riesgo que también tienen es que nos quedemos con sus elementos más exteriores y evidentes. En Argentina hubo una fiebre del cuento de fútbol y motivado muy bien por Alejandro Apo desde su programa de radio y mucha gente se puso a escribir cuentos de fútbol, pero no es tan fácil encontrar la temática, el remate; la atmósfera sí porque la compartimos, ahora, encontrar la anécdota, el remate, la sorpresa no es tan fácil. Por eso no lo pienso como género. De hecho hoy en día escribo muy poco de fútbol porque ya escribí mucho, no porque no quiera, sino porque no puedo. No están todos los argumentos libre. A lo mejor deberá pasar más tiempo para que una nueva generación que vive el fútbol de otro modo incorpore nueva literatura futbolera… El VAR… la tecnología, la odio, por lo menos manejada como la están manejando, estar en mi casa viendo TV con el VAR es horrible y en el estadio es insoportable. Uno no puede gritar los goles ya. Antes uno miraba al juez de línea corriendo hacia el centro del campo y gritaba o sufría. A lo mejor una nueva generación de escritores le encontrara una solución mejor que mi resentimiento.

También tiene novelas atravesadas por el fútbol, como Papeles en el viento. ¿Le va mejor con el cuento o la novela?
Cuando hablamos de fútbol yo creo que el cuento se sostiene más fácilmente, me da esa sensación. En una novela las cosas transcurren con otra cadencia, otro tiempo, otra lentitud, es a lo mejor más difícil conciliar esta velocidad, porque el fútbol transcurre rápido, es una hora y media de nuestra vida, puede parecernos que ha durado mucho más tiempo, sobre todo si la hemos pasado mal...

En ese caso nos dura toda la semana...
Por ejemplo... Pero es algo rápido. El cuento nos permite aislar un elemento y compartirlo con el lector muy fácilmente.

Eduardo Sacheri, invitado a la Feria del Libro de Bogotá 2024.

Eduardo Sacheri, invitado a la Feria del Libro de Bogotá 2024.

Foto:Sergio Acero Yate / El tiempo

Irene Vallejo habla de esa historia favorita que uno contaría al lado del fuego. ¿Cuál es el cuento de Sacheri que se contaría al lado de la fogata, o en el bar o en la cancha?
Escogería uno de Osvaldo Soriano, que es el otro grande: El penal más largo del mundo, un cuento bellísimo protagonizado desde la periferia, porque a veces la mirada literaria enriquece el fútbol en eso, en detenerse en lo no tan evidente. En ese cuento es un fútbol miserable, pobre, en una zona ventosa y desértica en Argentina, y el protagonista es un arquero que en principio tiene mala prensa, mal hecho (Sacheri sonríe con picardía, como si no olvidara su pasado en el arco).

Pero ¿y el de Sacheri...?
¿Ah, mío? (medita unos instantes, frunce el ceño aún más, luego choca sus manos como quien encuentra la respuesta adecuada). Creo que es Me van a tener que disculpar, porque ese cuento lo tiene a Maradona en el centro. Si hablamos de contar un mito, es contar un mito de un mito. Es contar a Maradona en el Mundial del 86, contra Inglaterra, con esos goles inolvidables. Es como elevar el mito a la tercera potencia, je, je.

Además es uno de sus primeros cuentos…
Sí. Cuando ni me imaginaba que eso iba a trascender. Ese cuento es lo que yo pensaba cuando hablaban de Maradona delante de mí en un asado. No me imaginé que esa tesis iba a terminar siendo un texto tan conocido.

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¿El gran cuento de Messi está en proceso?
Cuando terminó el Mundial 2022 escribí un cuento que se llama Hoy sí, que a su manera lo es. Porque a diferencia de cuando escribí de Maradona, que ya estaba en el final de su carrera, con Messi me daba siempre la oportunidad de esperar cinco minutos más, je, je. Lo del Mundial me parece maravilloso por Argentina, por los jugadores, pero sobre todo por Messi. Era como el jugador perfecto, pero con una marca, una deuda, ¡mentira!, porque hay jugadores estupendos que no salieron campeones del mundo, pero este chico es tan milagroso, tan desquiciadamente maravilloso que al final dijo: ‘¿qué me falta?, ¿eso?, bueno, vamos’.

Eduardo Sacheri, escritor argentino.

Eduardo Sacheri, escritor argentino.

Foto:Sergio Acero Yate / El tiempo

Usted dijo que quienes dicen que el fútbol no es lo más importante de la vida, deben saber mucho de la vida pero no saben de fútbol... ¿Cómo es la relación del fútbol con la vida?
El juego lo que hace es simplificar la vida por un ratico, ponértela toda a disposición. Cuando juega tu equipo o vos jugás, la vida es solo eso, ese rectángulo, esa gente, ese objetivo, esas acciones y ahí está la vida y la muerte y el paraíso y el infierno. Uno puede ir al fútbol a encontrar todo eso sabiendo que solo en un rato la vida es eso y con el pitazo final la vida vuelve a estar afuera. Es un ejercicio para que nos conozcamos cada uno mejor según cómo jugamos y cómo somos como hinchas. Afuera estamos recubiertos de fingimientos y conveniencias que mediatizan lo que somos, el juego no te da tiempo para esos fingimientos, cuando uno juega, todo aflora.

¿Por qué escribir cuentos de fútbol?
Porque la literatura es entre otras cosas una búsqueda de entender el ser humano. El juego también. El juego no es menor. Quien se acerca al fútbol y lo ve simplemente como un artefacto carnavalesco no lo está entendiendo, no entiende la noción del juego. Si la literatura es un modo de conocer a las personas, el fútbol también.

¿Sus cuentos vienen de la vivencia o de la ficción?
Son una combinación de las dos cosas porque mi mundo personal puede alimentar mi ficción, pero está bueno que incorpore otras cosas más interesantes que mi propia vida. He jugado fútbol toda la vida, he ido al estadio, he escuchado fútbol por radio, he visto fútbol por TV, sin ese bagaje no sería verosímil lo que te cuento. Ahí es importante que mi vida haya estado relacionado con el fútbol. Es más, ahora que ya tengo 56 años y el fútbol me está empezado a abandonar… mis críticos dirían que nunca lo tuve al fútbol y tendrían razón, pero eso significará un cambio en mi relación con la literatura y el fútbol porque ya escribiré como alguien que no juega.

Eduardo Sacheri, escritor argentino.

Eduardo Sacheri, escritor argentino.

Foto:Sergio Acero Yate / El tiempo

Alejandro Apo (periodista argentino), que debe ser su gran mentor, dijo que Osvaldo Soriano dominaba el futbol en las regiones, sus ritos, y que Fontanarrosa dominaba la pasión, y yo creo que el humor, y dijo que Sacheri dominaba el tema de la calle…
Uff, bueno eso corre por cuenta de Apo... Es mi crianza. Fontanarrosa se crio en una gran ciudad como Rosario, marcada por la pasión casi shakesperiana entre Montescos y Capuletos, entre los hinchas de Rosario y Newell’s, que están locos… Soriano se crio en lugares desérticos, distantes, y yo en un pueblo cerca de la ciudad, un pueblo hecho de barrio, de salir a juntarte con amigos y enemigos y jugar y desafiarte. Ese es el tipo de mundo que puedo contar, es el que me alimentó como jugador.

¿Cuál fue su sensación el día que su primer cuento sonó en la radio?
Incredulidad, maravilla y, sobre todo, recuerdo salir de clase de la universidad, un sábado en la tarde y llamar a mi esposa con urgencia para que lo grabara, para que nos quedara el testimonio auditivo, para guardarlo. Ni me imaginé que después iba a ver libros con mi nombre en la portada que lo incluyeran, pero esa fue la sensación.

¿De sus libros, cuál es su favorito?
Es que te terminas reconociendo más en los últimos libros que en los primeros, porque los escribe una persona más parecida a la que soy hoy. En ‘Esperándolo a Tito’, con mis primeros cuentos de futbol difundidos en la radio, fue un chico de menos de 30 años en el que me reconozco lejanamente. Lo último es lo más propio, a lo mejor no es lo mejor, pero es con lo que más familiaridad tienes.

¿Qué significó el libro 'La pregunta de sus ojos' para usted?
Fue mi primera novela y mi gran desafío para dejar de lado el fútbol, porque estaba muy identificado porque empezaba a ser conocido en Argentina gracias a los cuentos de fútbol y quería demostrarme que podía hacer algo diferente de más largo aliento como una novela. Y la novela prácticamente no tiene nada de fútbol, sin embargo, el director Juan José Campanella, que gustaba de mis cuentos, me pidió ‘metámosle fútbol a la película’ y por eso hay fútbol. Estoy condenado a seguir ligado al fútbol je je.

¿Vienen nuevos textos de fútbol de Sacheri?
A nivel de un libro de cuentos no, a lo mejor en algún próximo libro que deje la novela haya alguno de fútbol, pero no soy capaz de inventar 15 cuentos y si los invento seria espurio, de cómo hago para venderle a mis lectores. Por eso el cuento de Messi y el Mundial es uno. Está en las redes. Es más genuino, si no puede escribir abundantemente, salió esto.

¿Cuál sería su selección de escritores de fútbol, con Sacheri en el arco?
Uy, je, je. Bueno, Fontanarrosa y Soriano, el inglés Nick Hornby, el mexicano Juan Villoro, los uruguayos Mario Benedetti y Eduardo Galeano... y metemos a Cortázar que le gustaba el box y a Borges que no le gustaba el deporte y se reía de todo empezando por el fútbol, y ahí estamos completos...

​PABLO ROMERO
Redactor de EL TIEMPO
@PabloRomeroET

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