Sector productivo de Colombia, a desafiar los pronósticos del FMI y el Banco Mundial

hace 3 semanas 3

En cosa de cuaro días el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizaron sus pronósticos de crecimiento para Colombia, con algo en común: las nuevas perspectivas para el 2024 empeoraron con respecto a lo que venían pronosticando antes.
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​Pero en la misma semana del pronóstico más reciente, el Dane presentó su Indicador de Seguimiento de la Economía (que suele aproximarse mucho al producto interno bruto, PIB) que muestra un dato de incremento de la actividad para febrero que se ve un par de puntos superior a lo que esperan las entidades multilaterales para el año completo.

Por supuesto, el dato del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane) corresponde a un solo mes, comparado con el mismo de un año atrás, mientras que las perspectivas de la banca multilateral se refieren al desempeño esperado de 12 meses completos.

​De todas formas, la mirada en conjunto de los pronósticos junto con los datos más recientes ya medidos pueden enviar el mensaje de que frente a la incertidumbre que parece opacar la perspectiva económica del país los productores redoblan los esfuerzos por defender sus niveles de producción y proteger el mayor número posible de empleos.

Los pronósticos vs los últimos datos

El cupo de endeudamiento flexible de Colombia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es de 70.000 millones de dólares.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) junto con el Banco Mundial redujeron sus perspectivas para Colombia.

Foto:OLIVIER DOULIERY

El pasado 12 de abril, el Banco Mundial presentó sus nuevos pronósticos de crecimiento, y, en el caso de Colombia, redujo la perspectiva de crecimiento del PIB de 1,8 a 1,3 por ciento. Cuatro días después, el FMI hizo el mismo ejercicio y, en su caso, la reducción fue de 1,3 a 1,1 por ciento en el incremento previsto del PIB para este 2024.

​Luego de conocerse estos informes de las principales entidades multilaterales económicas del mundo, el Dane informó este jueves que la actividad económica había crecido 2,49 por ciento en febrero, un número que podría mostrar algún repunte frente a los signos previos que han hecho que los pronósticos se vuelvan más pesimistas.

​En un primer vistazo, los resultados del Indicador de Seguimiento de la Economía (ISE) contrastan con los números calculados por el mismo Dane para la industria y el comercio esta misma semana. De acuerdo con la entidad, la producción industrial completó 12 meses de caída, y en febrero la reducción fue de 2,2 por ciento.

​A la vez, las ventas del comercio al por menor también redondearon un año completo de contracción, y en febrero fueron 1,8 por ciento inferiores a las del mismo mes del año anterior.

​De manera paralela, la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) mostró que las ventas de vivienda se cayeron en el primer trimestre 17,7 por ciento, y, en esta caso, el retroceso es ya de más de un año. De acuerdo con el gremio, en conjunto todo el periodo a marzo es el peor trimestre en 15 años.

​Por lo tanto, se necesita una mirada más detallada en el ISE para ver de dónde está llegando el leve impulso que se sintió en febrero para la actividad económica total. 

La dura desaceleración y algún signo de repunte

Antes de esa mirada en detalle, vale la pena ver qué muestra el ISE en perspectivas más allá de un mes: frente al avance de solo febrero, de 2,49 por ciento, en los dos primeros meses corridos del año el aumento de la actividad es de 2,2 por ciento. Si se mira el trimestre completo terminado en febrero, el crecimiento es de 1,5 por ciento.

Pero si se observan periodos de años completos, el ISE da cuenta de un crecimiento de la actividad económica de 6,7 por ciento en el 2022. Luego la desaceleración se sentía con una actividad que solo crecía 2,6 por ciento  para el año completo terminado en junio del año pasado, y para diciembre, el crecimiento quedó en 0,7 por ciento. En lo que va de 2024, el crecimiento de 12 meses seguía bajando a 0,47 por ciento en enero, y a 0,45 por ciento en febrero.

​En suma, el ISE refleja una frenada en seco del crecimiento, con algunos signos de repunte en los últimos meses.

El futuro del paro se definiría mañana 28 de noviembre durante una nueva reunión entre los líderes del gremio y la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica.

De tiempo atrás, el sector de la agricultura viene mitigando la desaceleración de la economía colombiana.

Foto:Laura Sepúlveda

El ISE agrupa la actividad económica en tres segmentos: el primario, donde están el agro y la minería; el secundario, donde están la construcción y la industria, y el terciario, en el que están el comercio y servicios.

La caída de la industria impacta al sector secundario en tanto ​que la del comercio afecta al terciario. En los resultados de febrero, las actividades secundarias se redujeron 2,6 por ciento, pero pese a la debilidad del comerecio, las terciarias crecieron 2,5 por ciento.

De acuerdo con el indicador, lo que más empuja a la actividad total es el sector primario. Estas actividades crecieron 7,8 por ciento​. En este segmento se agrupan la agricultura, la ganadería, caza, silvicultura y pesca con la explotación de minas y canteras.

Este contraste de las actividades primarias otros sectores productivos se viene presentando de tiempo atrás y se concentra en la agricultura. Las explicaciones apuntan a que hubo un impulso en su producción que obedeció a adelantarse a la llegada del Niño, pero a juzgar por los resultados más recientes, ese impulso previo al fenómeno climático se ha seguido sintiendo, y la meteorología no golpeó hasta el momento. ​

Las actividades que pueden dar impulso

Entre tanto, las actividades terciarias también esconden un elemento que podría estar mitigando la desaceleración de la economía. En primer lugar, el resultado del comercio en el ISE en febrero es de un crecimiento de 1,2 por ciento. Este resultado difiere de la caída de 1,8 por ciento del mismo sector, para el mismo mes y calculado por el mismo Dane, según la Encuesta Mensual de Comercio.

​En este grupo también está la electricidad, gas, agua, alcantarillado y aseo, que creció 6,2 por ciento. Cabe la pregunta de si es la demanda de electricidad, en pleno fenómeno del Niño, algo que está halonando a la economía del país.

​Adicionalmente, hay un crecimiento de 5 por ciento en el grupo que comprende administración pública y defensa, seguridad social, educación y salud, entre otros. Suena paradójico que el conjunto de actividades al que pertenece la salud esté presentando un resultado arriba del promedio, en medio de la crisis actual de la salud. Habría que ver si lo que allí da impulso viene más bien de la administración pública, pero para saberlo se necesitarán los datos más desagregados.

Las fuerzas que sostienen la actividad económica parecen, pues, venir del agro, del sector eléctrico así como del gasto público. En lo que resta del año seguramente el país deberá esforzarse en que haya recuperación en la industria, que tiene mayor potencial para el empleo formal frente al agro, así como de un repunte del comercio, que es tan importante por su capacidad de generar puestos de trabajo.

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