Real Madrid, su majestad en la Champions League: remontó y eliminó al Bayern Múnich

hace 1 semana 20

Fue un partido de locura, una semifinal como si fuera una final, un partido frenético que tuvo al Bayern Múnich cerca de la final de la Champions League, hasta que el Real Madrid se levantó, como mejor sabe hacerlo, con todo su ímpetu, remontó y se metió en la final a ganar 2-1 el juego de vuelta y tras el 2-2 de la ida.  

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El Real Madrid, dueño de casa, hizo mucho por la clasificación, llegó y llegó, pero en cada ocasión se encontró con esa muralla llamada Neuer, que en estado excepcional atajó o desvió cada disparo, pero no todos, una iba a dejar en el aire y el Real Madrid no perdona.

Alphonso Davies

Alphonso Davies

Foto:AFP

Bayern era un adversario terrible, que en cualquier ocasión podía generar terror en la defensa madridista. Davies lanzó unas incursiones demoledoras sobre su costado izquierdo, la derecha de la zaga. Y por allí gestó el gol. Davies metió un enganche, se acomodó con el perfil de su pierna zurda y sacó el disparo potente, a un ángulo, para inflar la red y poner el 0-1.

​Bayern se sintió finalista, creyó que la obra estaba hecha, ya pensaba en la final alemana contra el Borussia Dortmund, como si desconociera el monstruo que tenía adelante, ese Real Madrid inmenso que nunca muere, menos cuando le hablan de Liga de Campeones.

Real Madrid vs. Bayern Múnich

Real Madrid vs. Bayern Múnich

Foto:AFP

Fue así, de tanto insistir, que vino el remate de Vinicius, que mandó la pelota con fuego para que Neuer, el que parecía imbatible, la soltara. Ahí llego Joselu para puntearla y anotar el empate, y el equipo alemán no lo podía creer. 

Real Madrid se creció, esa bestia blanca de mil cabezas se fue encima, a devorar a un rival herido. El Bayern aguantó la arremetida, pero no por mucho. El equipo blanco impuso su ritmo en busca de una de sus habituales gestar. Y ahí apareció una vez más Joselo, para ser el gran héroe, para tocar la pelota en una jugada que parecía fuera de lugar y no, no era, y el Bayern no lo podía creer, y todo Madrid se levantó a celebrar.

El partido terminó en polémica, y qué polémica. Bayern Múnich anotó el gol del empate ya en tiempo añadido, ya cuando todo Madrid se quería ir a festejar.  Fue gol, pero el árbitro señaló un aparente fuera de lugar previo. La revisión en TV deja todas las dudas, y los alemanes, seguro, protestarán hasta el cansancio.  

Pero todo jugó para el Real Madrid, equipo que conoce de memoria la Champions, que sabe cómo es que se juega, por eso todos le huyen, más en una semifinal. Esta vez más no defraudó, la historia no fue otra, fue la misma, el Real Madrid es, una vez mas, finalista, con polémica, con drama, pero finalista. 

 
PABLO ROMERO
​DEPORTES

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