‘Peto el santandereano’, el emprendimiento que quiere llegar a nivel internacional y que inició en calles de Bucaramanga

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Don Roberto Heredia Cabeza, un hombre de 49 años de edad con un estudio de tecnología agropecuaria y nacido en Venezuela, solo le interesa salir adelante por vender el mejor Peto de Santander, que uno de sus hijos reciba sus terapias tras sufrir de epilepsia y que tenga con qué comer diariamente él y su familia.

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Tiene una familia conformada por su hijo mayor de 13 años, quien sufre de retraso mental severo, una menor de 4, el hijo menor de un año, que es santandereano, y su esposa de 39.

Su empuje y ganas de aprender es lo que principalmente lo caracteriza, salió de Venezuela en el 2019 tras la aguda crisis y comenzó a vender helados en Bucaramanga, como todo golpe en pandemia no tuvo qué comer y se las arregló para buscar el sustento diario para su familia.

Luego trabajó un mes en una finca desempeñándose en lo que estudió, pero fue despedido, intentó incursionar en el campo de la construcción y mientras laboraba veía a un señor en bicicleta vender Peto, un alimento a base de maíz, propio de la Costa Caribe. 

Le causó curiosidad ese negocio y comenzó a trabajarle a un señor vendiéndole el producto. Lastimosamente, un día que repartía la bebida se presentó una balacera en el barrio Colorados y recibió una bala perdida en su pierna.

​Otro inconveniente para seguir siendo la cabeza de hogar de tres niños y su mujer. Poco a poco se recuperó, pero el disparó le impidió seguir vendiendo el peto en bicicleta.

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Tras tantos tropiezos para buscar el alimento del día a día, decidió independizarse y construir su propia receta del Peto. Aunque al principio era complejo ofrecer la bebida en ciertos lugares de la comuna 1 de Bucaramanga a raíz de la territorialidad fue adquiriendo varios clientes por la particularidad del sabor de este tradicional alimento.

Su mente no tiene límites, a pesar de que es una persona de escasos recursos y tiene lo necesario para vivir, es un hombre impulsado y motivado. Su visión es impresionante, pues asegura que pronto su producto será distribuido en Centro Abastos, universidades y varias empresas.

Peto en Bucaramanga

Peto en Bucaramanga

Foto:Melissa Múnera Zambrano

“No pude seguir pedaleando como antes en el triciclo, llegó una ayuda de Acnur y compré una moto, yo dije: tengo que hacer algo, compré la zorra y comencé. También vendí churros en un tiempo, pero había mucha competencia, me gustó el peto por eso, porque las personas mayores que saben de cocina no saben hacer peto, por eso decidí quedarme con el negocio, porque no hay mucha competencia, mi meta es patentar mi receta”, dijo en EL TIEMPO.

Estratégicamente cambia de recorridos para ofrecer el alimento, evita visitar la misma zona por tres días y así se hace extrañar por sus clientes. Su mejor día de más ganancia son los domingos cuando va a los balnearios.

El azúcar, la canela, 700 gramos el maíz, leche en polvo, líquida y queso costeño son más o menos 50 vasos de 9 onzas ( taza que más vende en la calle).

Las ventas dependen de la movilidad del día, a don Roberto le favorece que haya congestión vehicular, pues esto genera compras en los semáforos, también la quincena le ayuda y en esos días produce más cantidad de peto.

“Trato de que no sea todos los días la misma zona, yo dejo de ir tres días para que extrañen el peto, y así sé que esa venta es garantizada al cuarto día. Los días duros son los jueves y viernes y los mejores los domingos porque ese día me dirijo a los balnearios, salen con frío y a ellos les provoca tomarse una bebida caliente”, dijo.

Con pocos materiales saca adelante a sus hijos, pero con la Asistencia del programa mundial de alimentos de la organización de naciones Unidas, ONU, recibió un beneficio grande para poder sacar su emprendimiento adelante. Le regalaron una estufa de gas, la posibilidad de asistir a clases para cambiarle la visión y perspectiva de su negocio.

Además, fue beneficiado con una asistencia de transferencia monetaria por seis meses que se convirtieron en 500 mil pesos cada 30 días que lo consideró como un ‘regalo de Dios’, ese dinero lo utilizó para mejorar la mecánica de la moto, para apagar el arriendo, comprar mercado y materiales y utensilios para cocinar el peto.

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​“Es una bendición, me orienta hacia dónde es y hacia dónde ir. Agradezco la capacitación. Me abre la mente de registrar el negocio, y que mi peto compita para que en colegios se le pueda dar a los niños, yo quiero llevar la propuesta del peto, en vez de comer un perro, que se coma peto, es más nutritivo”.

Su aspiración es que su negocio se llame ‘peto el santandereano’, en honor a su hijo menor que es colombiano.

Tiene la idea de seguir haciendo recetas con base al peto, piensa en realizar torta y pan de peto. Dice que está ejecutando varias pruebas y preguntándole a los vecinos sobre el sabor de sus nuevos planes de venta.

“El monopolio del peto lo tienen todos los guajiros, mi hijo se va a encargar de eso, tengo la aspiración de que no solo los departamentos de Colombia lo conozcan, sino fuera del país”.

Roberto y su familia decidieron salir de Venezuela principalmente por su hijo debido a que diariamente necesitaba medicamentos y tratamientos que en ese país ya no los entregaban.

“Aquí los médicos le han mandado tratamientos y medicamentos. Su diagnóstico es retraso mental severo, el viene de Venezuela con una epilepsia severa, debe tener tratamiento permanente. Necesita terapia ocupacional”.

Así sale Don Roberto todas las tardes a vender su peto

Así sale Don Roberto todas las tardes a vender su peto

Foto:Melissa Múnera Zambrano

Sus retos en el trabajo

Asegura que ha tenido varias dificultades en cuanto a la competencia de quienes venden peto, pero para evitar problemas no pasa por las mismas zonas de sus contrincantes.

”No quieren verme por allá en su zona, pero esto no es microtráfico, es comida, pues tengo derecho de ir a donde yo quiera, las autoridades no me lo prohíben”.

Su moto, que adquirió con la ayuda de Acnur, un poco vieja y con varias fallas mecánicas es otro reto, pues a veces se le daña y debe parar su trabajo y buscar dinero para su reparación.

“A veces se me pincha, un caucho se daña y hasta ahí llega la venta, toca ir a reparar, eso limita el recorrido para venderlo todo”.

Otro de los desafíos es el sol que está muy fuerte y como su producto es caliente, la gente prefiere algo frío en días calurosos, teniendo en cuenta que sale a vender a las 2:00 p.m. (su mejor momento es a las 6:00 p.m)

Un peto distinto:

"Bajo de dulce, no es un peto que empalaga, buena canela y queso costeño en cuadritos, uno destapa la olla y se nota los pedazos de queso en la olla, la gente le gusta ese detalle, les gusta el trozo de queso, el maíz, la competencia le quitó el queso”, dice Roberto de su preparación. 

Roberto Heredia y clientes del peto

Roberto Heredia y clientes del peto

Foto:Melissa Múnera Zambrano

¿Cómo ayuda la ONU?

La Onu ofrece asistencia alimentaria que incluye un apoyo económico de seis meses para población vulnerable y migrante.

“La población se perfila, y en el caso de empleabilidad tiene que cumplir el requisito y es tener el ppt activo, le damos cursos para fortalecer el emprendimiento”, dijo Juan Carlos Guayacán Contreras, asociado de programas de la Onu.

Indicó que en Bucaramanga están asistiendo a 500 personas al año y la ciudad es un nicho importante que promueve la integración.

Las dos etapas de ayuda que ofrece el Programa mundial de Alimentos son: Etapa formativa, y capital semilla.

El primero consta del  desarrollo de temas claves teóricos y prácticos que se implementaron mediante capacitaciones que fortalecieron las habilidades de venta, uso de las finanzas, posicionamiento de marca y marketing digital entre otros, estas herramientas formativas permitieron posicionar su producto en el mercado, mejorar sus ventas y generar alternativas de ahorro.

El Capital semilla es la entrega del capital semilla contemplo equipos y herramientas de menaje de cocina que le permitirán optimizar el tiempo, aumentar la productividad y conservar en buenas condiciones su salud, el objetivo de identificar estas herramientas como prioritarias buscaron la potencialización de su negocio.

Finalmente, don Roberto dice que, trabajar en equipo, la fe en Dios y la resiliencia son las tres elecciones claves que tiene para sacar adelante a su familia.

“Yo siempre le digo a Dios que soy el burro, que me dirija, después de cada bajada siempre viene una subida, ya vamos viendo la salida del túnel, poco a poco vamos consiguiendo aliados”, asegura orgulloso de su historia de vida.

Roberto Heredia sueña con que su peto sea conocido a nivel internacional

Roberto Heredia sueña con que su peto sea conocido a nivel internacional

Foto:ONU

Melissa Múnera Zambrano
​Corresponsal de EL TIEMPO- Bucaramanga.
​Escríbenos en: melmun@eltiempo.com

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