Menos incertidumbre y respetar las reglas de juego piden empresarios

a caída del 24,8 por ciento de la inversión, tal como lo evidenció el Dane esta semana, hizo que esa solicitud se sintiera con mayor fuerza entre los empresarios, quienes coinciden que la fórmula para lograr ese propósito está inventada.

“Es claro que propiciar un ambiente de certidumbre y confianza para la inversión se debe convertir en una prioridad, involucrando a todos los actores del mundo productivo”, sentenció Bruce Mac Master, presidente de la Andi, aunque no es el único que considera que devolver la confianza y la credibilidad en el país es fundamental.

“No generar más incertidumbre y respetar las reglas de juego” también hacen parte de la receta para que los capitales comiencen a mover de nuevo la economía del país, dice César Pabón, director ejecutivo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana.

Su fórmula incluye, además, priorizar aquellos proyectos de infraestructura y construcción con mayores encadenamientos, como se hizo en su momento con el Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (Pipe, 1.0 y 2.0).

Pabón es de los que consideran urgente destrabar los proyectos de 4G y 5G que están a aprobados, pero trabados por temas de licencias ambientales y consultas previas, ya que con la coyuntura actual es poco factible hacer nuevos proyectos de infraestructura, pues todo el proceso para ello toma como mínimo dos años.

También debe ser prioridad darle impulso a la construcción de vivienda, un sector que es intensivo en mano de obra y que en el pasado arrojó muy buenos resultados.

Andrés Langebaek Rueda, director ejecutivo de Estudios Económicos de Grupo Bolívar, sostiene que otra buena razón para apostarle a ese sector es que los constructores siempre tienen en ‘reserva’ unos proyectos urbanísticos sobre planos que están listos para ser ejecutados y eso es importante porque son iniciativas de rápida ejecución, frente a inversiones en otros renglones, como el agropecuario, donde eso puede tomar más tiempo.

Las regiones serán claves en ese proceso de reactivación de la inversión, dice Pabón, pues allí se deben priorizar proyectos público-privados que puedan impulsar la economía, como es el caso de Bogotá con la construcción del metro y, demás, obras que se adelantan en la actualidad, como la readecuación de la avenida 68 y la extensión de TransMilenio.

“La ejecución de las obras debería ser prioridad de las alcaldías. Esto mismo aplica en las principales ciudades: Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga”, advierte el economista, para quien el impulso de esos proyectos debe venir acompañado de un recorte más rápido de la tasa de interés por parte del Banco de la República, algo que dependerá de la velocidad con que siga cayendo la inflación y, en general, del comportamiento de la economía.

Dos factores prevalecen en este escenario, ambos de gran importancia. El primero, que el Gobierno inicie la ejecución del presupuesto, que según el más reciente reporte del Ministerio de Hacienda con corte al cierre del 2023, tenía el nivel más bajo de inversión de una década.

Según el informe publicado por esa cartera, la ejecución en materia de inversión fue de 70,5 por ciento, nivel no visto desde el 2013, cuando fue de 70,9 por ciento.

Reactivar la ejecución de ese presupuesto para la inversión pasa por una articulación potente entre el Gobierno y el Congreso para que ese gasto público se haga de manera eficiente, sostiene Daniel Velandia, director ejecutivo de investigaciones Económicas y economista jefe de Credicorp Capital.

Lo segundo, insisten los analistas y voceros gremiales, tiene que ver con el restablecimiento de la confianza y el respeto a las reglas de juego.

“Es el momento de generar condiciones de seguridad jurídica en términos del Presupuesto General de la Nación, en el sector vivienda y en la ejecución de infraestructura; pues, de lo contrario, veremos efectos similares a los del 2023 en el 2024, con impactos sobre la actividad económica y, aún más importante, sobre el empleo de los colombianos”, advierte Mac Master desde la Andi.

Algo en lo que coincide Daniel Velandia, para quien en ese cambio de ‘chip’ en lo económico es clave disminuir la incertidumbre regulatoria.

“Con el congelamiento de peajes, con la intensión de controlar los precios de la energía y los cambios en los subsidios a la VIS en 2023, entre otros factores, ha habido un efecto negativo, pues los jugadores de esos sectores han preferido esperar a que haya decisiones concretas y menor incertidumbre frente a esas propuestas para tomar decisiones, por eso es importante que el Gobierno envíe señales contundentes que generen mayor confianza en términos de reglas de juego”, insistió.

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