'Logramos desenmascarar en Washington lo que pasa de verdad en Colombia': senador Uribe

hace 2 meses 32

El senador Miguel Uribe relata en El Tiempo como le fue en Washington a la comisión de cinco parlamentarios, que viajó recientemente a Washington a hacerle una contra-ofensiva diplomática al gobierno de Gustavo Petro. “Fue tan exitosa la visita, que la repetiremos a Nueva York en menos de un mes”, dijo. 

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Senador Uribe, ¿cuántos congresistas fueron a los Estados Unidos a rectificar la opinión que se tiene internacionalmente de que contra el presidente Petro se quiere dar un golpe de Estado?

Fuimos cinco parlamentarios del Centro Democrático, tres senadores: María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y yo; y dos representantes: Hernán Cadavid y José Jaime Uscátegui.

¿Concretamente, cuál era la misión?

Iniciar una contraofensiva al lobby que durante los últimos veinte años ha hecho la izquierda colombiana en la comunidad internacional. Contrarrestar el relato que Petro y sus aliados han venido imponiendo en la comunidad internacional desde hace veinte años, con el que prácticamente, por una parte, han pretendido rescribir la historia colombiana volviendo víctimas a los victimarios, y volviendo salvadores a los verdugos de este país. Pero además, particularmente ahora, cuando Gustavo Petro ha buscado validar un discurso de Estado fallido, donde supuestamente en Colombia nada funciona, ni la justicia ni el Congreso, que es de corruptos; donde no existe democracia ni institucionalidad. Petro pretende engañar a países que, probablemente, de buena fe, puedan aceptar hacer parte de la negociación con organizaciones criminales.

¿Qué instituciones visitaron, con cuáles personas se vieron?

Tuvimos solo reuniones de alto nivel; estuvimos en el Departamento de Estado, en la OEA, donde nos reunimos con el secretario general Almagro y con otros funcionarios; tuvimos cuatro reuniones bipartidistas con congresistas, y visitamos tanques de pensamiento preocupados por mantener la democracia y libertad en el mundo.

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¿En Naciones Unidas no hubo nada?

No. Como su sede está en Nueva York, vamos a volver. Como nos fue tan bien, diría que fue un absoluto éxito, una agenda absolutamente productiva, que vamos a regresar probablemente en menos de un mes, a vernos con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con otros congresistas y, sin duda, iremos a Nueva York a la ONU.

¿Qué llama un 'absoluto éxito'?

Por ejemplo, a que si había alguna posibilidad de que en la OEA pensaran que a Gustavo Petro lo quieren tumbar, pues logramos convencerlos de que eso no es una posibilidad. Dejamos claro que Petro no es víctima, es victimario. Que es quien está promoviendo la crisis institucional para desviar la atención del fracaso de su gobierno, pero, en especial, de evadir la responsabilidad de los escándalos que hoy lo están persiguiendo. Qué sorpresa la de la gente cuando contamos que Gustavo Petro estaba presionando al Fiscal; que mandó con más de doscientos días de antelación la terna para reemplazarlo cuando a su hijo lo meten preso, para desviar la atención y minar la credibilidad del Fiscal, y cuando contamos que la fiscal que se va a nombrar, de una terna propuesta por él, va a investigar a su círculo cercano y a su familia, la gente quedó absolutamente sorprendida. Es que eso es inaceptable.

¿Y les contaron a sus interlocutores lo que nos está pasando en materia de seguridad?

Fuimos y dejamos claro que Colombia está ad portas del riesgo de una guerra civil, bajo el yugo de organizaciones criminales absolutamente fortalecidas, con una ciudadanía indefensa.

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¿Y apoderados de territorios donde la Fuerza Pública tiene vedada su entrada?

Correcto. Es que Gustavo Petro fortalece a las estructuras criminales por acción o por omisión. Al Ejército lo debilita con intencionalidad. ¡Más de 400 municipios en Colombia están bajo el control de grupos criminales! Es decir, el 30 por ciento del país está absolutamente abandonado. Le contamos eso a Almagro, pero resulta que la MAPP (Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia) no ha hecho una sola mención de nada de eso. Allá contamos que en Colombia hoy existe una actitud absolutamente complaciente con la criminalidad. Además de los 400 municipios “tomados”, ha habido 133 masacres, con 441 víctimas. Van más de 200 líderes sociales asesinados. Hay policías permanentemente asesinados y heridos. En el Chocó, un paro armado incontrolable por el Gobierno. A Tuluá la incendió una banda criminal. Y la Fuerza Pública, resguardada en los batallones.

Se le pide al Fiscal que levante las órdenes de captura de los peores criminales de Colombia…

Que son los que matan líderes sociales y promueven el narcotráfico, que está absolutamente disparado. Estamos en 320.000 hectáreas de coca, Petro podría dejar en el 2026 más de 400.000 hectáreas. También hablamos en Washington del problema de la migración ilegal por el Tapón de Darién y la nacionalización de iraníes, entre otros, que llegan con pasaportes colombianos y terminan delinquiendo en Latinoamérica y, en su defecto, yendo a Estados Unidos. Conclusión, el éxito consiste en haber logrado ir a desmentir a Gustavo Petro, a desenmascarar lo que está aquí pasando, pero, especialmente, a construir una estrategia de, si se quiere, diplomacia internacional para defender los intereses de los colombianos.

¿Y el secretario Almagro, que en un comienzo se comió el cuento del golpe de Estado?

La primera frase que le dijimos fue: nosotros somos cinco congresistas del Centro Democrático, pero no venimos representando solo al CD, aquí estamos representando a todas las expresiones de Colombia, de diferentes ideologías, que coinciden con nosotros en que lo más importante es defender la institucionalidad y proteger la justicia. Nuestro interés era absolutamente nacional. Mientras que la diplomacia de Gustavo Petro está en función, no de los intereses del Estado, sino de los del proyecto político de Gustavo Petro. Sus embajadores y funcionarios están es reivindicando la narrativa de Petro.

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¿Por qué piensa usted que a Petro le han comido tanto cuento por fuera? Es que no es un chiste que prácticamente le va mejor por fuera que por dentro…

Petro ha viajado más veces a Europa que al Chocó. Tiene claridad de que necesita el apoyo de la comunidad internacional, y desde hace muchos años, que puede fundamentar la consolidación de su proyecto político con el apoyo internacional, porque son sectores que no conocen el cien por ciento de la realidad. Por eso, Gustavo Petro los puede engañar.

Pero caramba, qué moñona haber agarrado a la ONU, a la OEA, a la Comisión Interamericana, presionando a la Corte para que elija fiscal ya pero ya. Y ahora un miembro del Parlamento noruego candidatizándolo para el Premio Nobel de Paz…

La gran mayoría de esas entidades son gobiernistas por naturaleza. Pero insisto, Gustavo Petro y sus aliados llevan veinte años haciendo lobby internacional y nosotros no habíamos contrarrestado. Es necesario salir ante la comunidad internacional a contarle lo que está pasando, porque, además, Petro no tiene ningún tipo de límites morales, éticos o legales. Es capaz de cualquier cosa, y si acaso, lo único que puede ver como un límite es a la comunidad internacional. Puede limitarlo en sus pretensiones de aferrarse al poder. Él tiene una ambición vital en su ego, una ambición de tener un liderazgo internacional. Entonces busca de alguna manera tener esa relevancia internacional. Nosotros no fuimos a Washington con un discurso político, fuimos con hechos, con información comprobada.

Cuatro parlamentarios gringos llegan a Colombia, y aquí es noticia de primera plana. ¿Quién registró la ida de cinco parlamentarios colombianos a Estados Unidos?

Si bien hicimos presencia en algunos medios locales de comunicación en Estados Unidos, nuestro interés no era impactar la prensa, sino a las organizaciones que tienen una relevancia concreta y una capacidad de influencia en Colombia y en Latinoamérica.

¿Para el próximo viaje piensan ampliar la comisión con gente de otros partidos?

Incluso haber confirmado nuestra visita a Washington, hice un comunicado público invitando a todos los sectores a denunciar conjuntamente, ante la OEA, la CIDH y la ONU, lo que aquí está sucediendo. La responsabilidad es de quienes no lo hacen, no de nosotros, que tomamos la iniciativa. Hacer este lobby, esta diplomacia internacional, tiene un costo personal, un costo en materia de seguridad, un costo económico, un costo en esfuerzo y tiempo. Y las diferencias ideológicas no pueden estar por encima de la defensa de la democracia. Evidentemente, fuimos el único partido que arrancó y no descansaremos en la oposición a Gustavo Petro. Pero no solamente nos oponemos, sino que proponemos soluciones. Eso lleva a reflexionar sobre aquellos políticos que, por tibieza o por oportunismo, han permitido que Petro avance impunemente.

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Una curiosidad. ¿El señor Almagro se arrepintió de su falta de información real?

Él fue absolutamente receptivo. Su explicación es que se han identificado personas que han puesto sobre la mesa la posibilidad de que Gustavo Petro no termine su periodo.

Esa declaración se la achacan a una integrante de esta comisión parlamentaria, la senadora María Fernanda Cabal…

Ellos mismos dijeron que no se referían a ella, porque María Fernanda nunca ha propuesto ni ha promovido un golpe de Estado.

Pero ha hablado de que Petro no termine su periodo…

Claro, pero en el marco de una investigación dentro de las vías democráticas y constitucionales que están enmarcadas en el artículo 109 de la Constitución, que lo que plantea es que si Gustavo Petro fue ilegalmente financiado y cometió violación de topes, pues debe ser objeto, como cualquier otro funcionario elegido, de un proceso. Yo, particularmente, le resalté a Almagro que a nosotros no nos pueden pedir que en Colombia haya impunidad para Gustavo Petro. Una cosa es violar la Constitución para sacarlo del poder y otra, muy diferente, es que si cometió un delito, tenga que responder por él. Entonces, son dos cosas diferentes. Él le dio importancia a que Petro en su momento como alcalde fue destituido, y de alguna manera eso cree él que es un precedente de lo que podría eventualmente pasar aquí. En ese momento le recordé a él que yo, primero, era presidente del Concejo de Bogotá en ese momento, y ese episodio no implica que Gustavo Petro es una víctima del sistema, sino todo lo contrario, es el único que ha gozado de impunidad. Le conté a Almagro que más de 1.000 alcaldes han sido destituidos antes de él y ninguno gozó de medidas cautelares de la CIDH. Le agradecimos al secretario de la OEA su tiempo, nos dedicó dos horas, y tuvimos la oportunidad de replicar varias veces tanto él como nosotros. Tuvimos la oportunidad de profundizar en todos los temas aquí expuestos, desde el ataque a la Corte hasta sobre Venezuela.

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¿Y qué específicamente conversaron sobre Venezuela?

Descubrimos que el silencio cómplice de Gustavo Petro con el maltrato de Maduro a la oposición tiene muy, muy molesto al Congreso de los Estados Unidos y a algunos funcionarios del Gobierno. Hace seis meses se vendió como mediador con Maduro y prácticamente no ha hecho nada. Y también hay mucha molestia con los ataques de Gustavo Petro a Israel, en Estados Unidos. Pero lo que es evidente es que las cosas con Almagro sí salieron bien, él fue receptivo, y yo creo que queda claro en la OEA que a Gustavo Petro no le quieren dar un golpe de Estado; que él no es víctima, sino que es victimario. Y la gran conclusión nuestra, vuelvo y repito, es que la diplomacia colombiana está es en función de Petro y no del Estado colombiano. Y ese para nosotros es el gran éxito: poder desmontar esas mentiras.

MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO

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