‘La respuesta definitiva para Cara de Gato no es un dique’: director de la UNGRD

hace 2 días 2

En medio de la inminente llegada del fenómeno de La Niña al país, Carlos Carrillo, director de la Unidad Nacional de la Gestión del Riesgo de Desastres, habló con EL TIEMPO sobre la situación de los territorios inundables más importantes del territorio nacional: La Mojana. 

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Carrillo aseveró que la solución en esta región no es tapar Cara de Gato y cuestionó una contratación de su antecesor, Olmedo López. 

El presidente Gustavo Petro ha sido muy crítico con el uso de muros de contención de agua, sin embargo, el año pasado, la UNGRD contrató una obra en Cara de Gato. ¿Cómo entender esto?

Tras el Consejo nacional de gestión del riesgo de desastres liderado por el presidente Gustavo Petro, el director de la UNGRD, Carlos Carrillo anunció en rueda de prensa la aprobación del presupuesto del plan nacional de gestión del riesgo estimado en 18 billones de pesos. A la par alertó sobre el fenómeno de la niña.

Tras el Consejo nacional de gestión del riesgo de desastres liderado por el presidente Gustavo Petro, el director de la UNGRD, Carlos Carrillo anunció en rueda de prensa la aprobación del presupuesto del plan nacional de gestión del riesgo estimado en 18 billones de pesos. A la par alertó sobre el fenómeno de la niña.

Foto:César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoa

Yo desconfío profundamente de todos los contratos firmados por Olmedo López, pues ya sabemos lo que pasó en La Guajira. Es un señor que llegó aquí a robar, que traicionó la confianza del señor Presidente y en lo de Cara de Gato se ve de manera bastante clara.

Firmar ese dique de 130.000 millones de pesos, que es una obra dura, que no le da solución de fondo a La Mojana es enterrar la plata. Entonces la decisión de ese señor de firmar ese contrato me parece que políticamente es muy cuestionable, pues va en contravía de toda la doctrina que ha creado el Presidente, a lo largo de una década, hablando de estos temas.

Entonces, ¿qué van a hacer con Cara de Gato?

En los últimos diez años se han comprometido en ese punto 387.000 millones de pesos y La Mojana sigue inundada. A este contratista se le dio un pago anticipado –porque ni siquiera fue un anticipo– de 25.000 millones de pesos, y el valor de ese contrato es descomunal: 130.000 millones de pesos para hacer un dique carreteable con bolsas de arena.

En este momento, el contrato está firmado, pero eso no implica que el Estado no pueda buscar alternativas para sancionar a un contratista. Porque aquí ese dique se cayó y en eso quiero ser enfático. No fue una creciente del río que haya sobrepasado el dique y que se lo haya llevado. Porque mucha gente dice: pero si no había empezado a llover, cómo así que se rompió. Nuestros técnicos tienen la claridad absoluta de que esa creciente no existió. El dique mismo colapsó. Entonces, de ninguna manera puedo pensar que ese dique pueda ser carreteable. Si colapsó así, sin lluvias, imagínese cuando esté terminado.

Ese es un contrato que necesita revisión exhaustiva. Nosotros estamos viendo todas las alternativas porque en este momento hay una realidad: hay que cerrar el boquete, porque ese es el curso natural del río. La solución definitiva para ese punto no es un dique. Así fuera un dique de cien metros de altura o un Hidroituango, esa no es la solución. Si usted lo cierra ahí, se va a romper por otro lado.

Es decir, ¿en la UNGRD está claro que cerrar ese dique no soluciona nada?

Sí. Y si yo hubiera sido director antes que Olmedo, jamás habría firmado ese contrato.

¿Ha faltado articulación entre el Fondo de Adaptación, la UNGRD, Minambiente y los departamentos para dejar los ‘pañitos de agua tibia’ en La Mojana? 

No recojo sus palabras porque sí existe articulación. Desde mi dirección he venido trabajando muy bien con los gobernadores de Córdoba, Bolívar, Sucre y Antioquia. Siento que esta nueva dirección está abriendo un camino de entendimiento, de trabajo conjunto con los gobernadores, y lo mismo está haciendo el Ministerio de Ambiente. En el pasado sí hubo unos intereses económicos muy marcados para hacer obras segregadas, que no se piensan de manera sistémica.

ANA MARÍA MENA LOBO 

Redacción Impreso

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