Karol Cariola: ella es la primera líder comunista en presidir la Cámara de diputados en Chile

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“Ha caído un veto atávico, no solo anticomunista, sino también antidemocrático porque la soberanía popular implica que, si el pueblo es capaz de votar y elegir a las y los comunistas para los cargos de representación popular en que hemos sido electos (…) no tienen porqué existir otro tipo de vetos elitistas y antidemocráticos. Que solo recuerdan los peores momentos de nuestra historia”, fueron las primeras palabras de Cariola al asumir su cargo como cabeza de la Cámara de Diputados, tras una agónica y ajustada votación.

A sus 37 años, ha pasado la última década en los pasillos del Congreso de Valparaíso, impulsando iniciativas a favor de los derechos de las mujeres y de los trabajadores, como la reducción de la jornada de trabajo a 40 horas y las iniciativas para combatir la violencia de género. Proyectos que fueron consolidando su nombre como el de una de las figuras más importantes del recambio generacional del Partido Comunista de Chile. Un proceso que se ve también reflejado en liderazgos como el de la actual vocera de Gobierno, Camila Vallejo, quien pertenece a la misma colectividad.

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“Ellas se han transformado en modelos de rol súper importantes para la población y para la juventud y eso ha implicado también que han tenido un poder de reclutamiento impresionante, consolidándose como uno de los partidos más grandes del Chile, y siendo muy seductores para sectores importantes de la población”, señala a El Tiempo la analista de la Red de Politólogas, Javiera Arce.

Tanto Cariola como Vallejo hacen parte de la oleada de líderes estudiantiles que pasaron de protestar en las calles, en 2011, a convertirse en diputados, en 2014, y una década después entrar como gobierno al Palacio de La Moneda, tras el triunfo de Gabriel Boric, arropados por una coalición de partidos de izquierda, entre los que figuraba el Partido Comunista.

La llegada de Karol Cariola a la presidencia de la Cámara baja marca un hito en el más de un siglo de existencia del Partido Comunista de Chile que, en la última década, ha comenzado a mostrarse como una fuerza progresista, en temas de la agenda social, y a abrir espacios a los liderazgos femeninos como el de esta joven política de Concepción (sur).

“Es un partido mucho más democrático, tiene en su agenda nuevos temas de importancia para el electorado actual y para los jóvenes como son género, medio ambiente, ecología, diversidad. Elementos que hoy son centrales en el Partido Comunista, pero no fueron así hace tres o cuatro décadas”, señala a EL TIEMPO Anna Kowalczyk, directora de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Central de Chile.

Y es que para los expertos, la llegada de figuras femeninas de este partido a los puestos más altos del Gobierno y, ahora del legislativo, evidencia que los comunistas en Chile son percibidos como un partido democrático y que respeta los acuerdos. A pesar de los desafíos que han planteado al gobierno de Gabriel Boric a la hora de subir el tono en el combate a la delincuencia con medidas como los estados de excepción. Un tema que fue prioritario en el primer discurso de Cariola ante el legislativo.
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Sin embargo, el ascenso de la joven comunista no ha estado excento de polémica. Rápidamente en redes sociales resurgieron las fotos de cuando, siendo estudiante, posó con el exlíder cubano Fidel Castro y con el presidente de Nicaragua Daniel Ortega, lo que de inmediato reflotó las críticas y los temores desde la derecha chilena. 

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“Tenemos preocupación porque el Partido Comunista tiene vínculos muy estrechos con los regímenes de Venezuela, de Ortega, de Cuba. Admiran esas gestiones de gobierno y por lo tanto nos preocupa que eso se pueda provocar a Chile. Por eso tenemos preocupación, porque además creemos que la agenda de seguridad no va a ser priorizada por esta mesa. Esperamos que eso no ocurra”, señala a EL TIEMPO el diputado Henry Leal del partido Unión Demócrata Independiente (UDI).

Kariola, que actualmente es la diputada más votada del país, se convierte en la quinta mujer en presidir la Cámara chilena, pero en la primera comunista en un contexto en el que su partido cuenta con una bancada de 12 diputados y dos senadores, y con la representación de varias comunas y entre ellas la capital del país.