Intentó cruzar a EE. UU. por México y lo secuestraron, pero luego consiguió asilo

hace 2 semanas 24

El aumento de la violencia en distintos países de Latinoamérica es uno de los factores que lleva a muchas personas a migrar a Estados Unidos. Sin embargo, en su camino al “sueño americano”, muchos enfrentan grandes riesgos, como atravesar México, en donde el tráfico de personas, la extorsión y el secuestro forman parte de las dificultades. El caso de Eduardo es testimonio vivo de la compleja situación, el hombre de Ecuador fue víctima de los cárteles en Sonora en su paso para ingresar al país norteamericano.

Eduardo es un ecuatoriano que decidió abandonar su ciudad luego de ser extorsionado por cárteles locales que le exigían el pago de un “derecho de piso”. El hombre, cuyo apellido no ha sido identificado, dirigía un local de comida rápida y, aunque nunca soñó con migrar, tuvo que hacerlo para protegerse, según reveló un reportaje de BBC.

Tras las amenazas y decidido a buscar asilo en Estados Unidos, emprendió el viaje hacia el norte del continente. El ecuatoriano voló de Quito a Ciudad de México y luego abordó un autobús con destino a Sonoyta, Sonora, municipio que colinda con la frontera de Lukeville, Arizona. Poco imaginaba que viviría el calvario de encontrarse con cárteles mexicanos que extorsionan y secuestran a los migrantes. 

Aunque el trayecto en autobús desde la Ciudad de México hasta la ciudad fronteriza se estima en 30 horas, el viaje de Eduardo fue mucho más largo y complejo, ya que atravesó el territorio controlado por algunos de los cárteles de droga más violentos del país azteca, los cuales también buscan sacar provecho a los migrantes.

El autobús en el que viajaba Eduardo fue detenido varias veces por distintos grupos armados. La primera vez, unos 10 hombres encapuchados tomaron el control del vehículo y lo desviaron a las montañas, luego inspeccionaron los papeles de todos los pasajeros y amenazaron a los migrantes: o pagaban 1.500 pesos cada uno, equivalentes a cerca de US$90, o serían retenidos.

Un autobús de la patrulla fronteriza de EE.UU. lleva a los migrantes a un centro de procesamiento.

Un autobús de la patrulla fronteriza de EE.UU. lleva a los migrantes a un centro de procesamiento.

Foto:Getty Images

Los migrantes no alcanzaron a reunir el dinero. Les faltaron cerca de 200 pesos, unos US$12, así que los hombres con pasamontañas los hicieron descender del autobús y pasaron 11 horas para que pudieran retomar el camino. A tres horas de llegar a su destino en Sonoyta, el vehículo fue interceptado por otro grupo armado.

Los criminales pidieron un nuevo pago para dejar a los migrantes seguir su camino, pero los recursos fueron insuficientes. “No teníamos suficiente dinero para salvar a todos”, contó Eduardo desde un refugio para migrantes en San Luis Río Colorado, Sonora. El ecuatoriano reveló que dos familias colombianas, entre ellas cinco niños, fueron obligadas a bajar del autobús y los hombres armados se las llevaron en un camión.

Tras ser secuestrado, logró ingresar de forma legal a Estados Unidos

Luego de la terrorífica experiencia, Eduardo estaba devastado. Como muchos migrantes, se sentía totalmente vulnerable ante los cárteles mexicanos y, además, ya no tenía dinero. Los US$3.000 con los que contaba al salir de Quito se habían terminado, él había considerado ese dinero para poder pagarle a un coyote que lo cruzara de forma ilegal a Estados Unidos, pero tuvo que ajustar sus planes.

El chofer del camión le dijo que si se quedaba en Sonoyta lo iban a secuestrar y lo dejó en San Luis Río Colorado, Sonora, donde Eduardo busco ayuda en un refugio de migrantes. El ecuatoriano decidió no intentar cruzar de forma ilegal a EE. UU. y buscó una alternativa legal para llegar a su destino.

El hombre se registró en la aplicación CBP One, la cual permite a los migrantes programar una cita en un punto de entrada al país norteamericano. Si el solicitante pasa el control de seguridad, las autoridades del país norteamericano le permiten ingresar al país y trabajar de forma legal, mientras espera una audiencia de migración. 

Para el ecuatoriano, su paso por México fue una experiencia dura, la cual pudo enfrentar gracias a su fe, así como al recuerdo de un amigo suyo, quien no quiso dejar su país de origen y fue asesinado. “Los hombres fueron a la tienda de mi amigo. Allí lo mataron. Entonces si me hubiera quedado en Ecuador… Bueno, doy gracias a Dios… He sufrido, pero sigo vivo”, dijo a BBC Eduardo, quien en marzo pasado logró ingresar de forma legal a Estados Unidos.

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