Cambio de la reforma pensional en la Cámara: ¿qué busca el presidente Gustavo Petro?

¿Por qué el Presidente, que conoce a fondo la mecánica del Congreso, corre semejante riesgo? Hay varias respuestas. Desde las técnicas que justifican que al hacer las cuentas él es coherente con sus anuncios de campaña cuando su propuesta era de tres salarios hasta las suspicaces que argumentan que le sirve que no salga para enarbolar la bandera de la constituyente.

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“No me extrañaría que el Presidente esté deliberadamente saboteando una reforma que se iba a aprobar fácilmente. Sé que suena paranoide, pero son los tiempos que vivimos”, escribió en X el analista Andrés Mejía Vergnaud. “Si el objetivo real del Presidente es el proceso constituyente, paradójicamente no le conviene la aprobación de sus propias reformas”, explicó.

“Resultaría preocupante en extremo que ese torpedo no improvisado sea medido”, dijo, por su parte, el analista Gabriel Cifuentes. ¿Para qué? “Una forma de autosabotaje que antecede y fortalece la narrativa del bloqueo institucional”.

De esta manera, “si logra avanzar en la reforma con los cuatro salarios, gana; si le tumban la reforma por el cambio en el modelo de pilares, también gana porque podrá culpar al Congreso del hundimiento de una reforma que no genera las mismas resistencias respecto de otros proyectos”.

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Sea como sea, el hecho produjo malestar entre los partidos políticos. “Con esto, el presidente Petro traiciona los acuerdos hechos con los senadores liberales”, dijo el representante a la Cámara de esa colectividad Juan Carlos Losada.

“Es el mejor ejemplo de la verdadera intención del falso mesías de estatizar pensiones para quedarse con más dinero para su proyecto político, el cual podría empezar a disponer al final de su mandato, en plena época electoral”, advierte el senador del opositor Cambio Radical David Luna. “Qué poco valor tiene la palabra de Gustavo Petro. No hay que creerle ni lo que reza”, dice Andrés Forero, representante a la Cámara por el Centro Democrático.

La situación recuerda el principal detonante que acabó con la coalición de gobierno durante la discusión de la reforma de la salud. Aunque en ese momento no se señaló directamente al Presidente, sino a su ministra de Salud, Carolina Corcho, los partidos sí expresaron su molestia porque tras los acuerdos políticos luego en los textos sus condiciones eran eliminadas.

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“Hemos avanzado bastante con el presidente Petro en convencerlo de que lo mejor es un acuerdo”, contaba el expresidente y director del Partido Liberal, César Gaviria Trujillo, sobre las reuniones en Palacio para la reforma de la salud. “Todo fluye con el Presidente, pero cuando vamos a ver los textos la ministra omitió nuestras exigencias”, decía entonces Dilian Francisca Toro, presidenta de ‘la U’.

En este caso, la situación es similar aunque fue el Presidente quien le anunció al país que buscaría cambiar lo acordado en el Senado.

Un logro que se hizo con las bancadas del Partido Liberal y de ‘la U’ en el Congreso en un momento de máxima expectativa pues aún estaba diáfano el eco de las marchas en las que una enorme cantidad de ciudadanos salió a rechazar las reformas sociales.

Para el analista Cifuentes, el Presidente confía en las mayorías que tiene en la Cámara, donde cuenta además con el apoyo del liberal Andrés Calle, presidente de la corporación. Sin embargo, augura consecuencias. “El principio del pacta sunt servanda (lo que se promete se cumple) no duró ni una semana. Esto pone en tela de juicio la seriedad de la palabra del Gobierno y siembra con mina de dudas frente a posibles acuerdos futuros en el marco de la concertación para otros proyectos”.

“Es un mal mensaje sobre la separación de poderes y la iniciativa del trámite legislativo”, finaliza el analista Gonzalo Araújo.